El entrenador de la selección venezolano de Fútbol, César Farías, da un alerta para no perder el rumbo de los objetivos trazados
Farías que todo un trabajo de años se pierda en este momento
“Entorno que impulsa hacia una dimensión sin criterio”. “Cuentas alegres que desvirtúan una realidad durísima”. “Enfoque lleno de prejuicios. Endiosamiento y conformismo”. “Regresar a la disciplina y al orden”. “Trabajar como antes de la Copa América, porque nuestro sueño lo podemos perder por soberbios. Nos lo podemos arrebatar nosotros mismos”.
Son consideraciones del seleccionador César Farías, que sale al paso con un alerta que ha conmocionado el ambiente del fútbol, justamente cuando el empate en Japón –y, especialmente, el desempeño durante el segundo tiempo-, reconfortaba un tanto a la afición, golpeada por la derrota ante Chile en el más reciente partido de la eliminatoria para Brasil 2014. Y su resonancia llega más lejos, pues buena parte del país –en medio de las inquietudes por la campaña electoral con sus caminatas, cadenas y encuestas- está ganada para el apoyo a la selección.
Quizás fue la derrota ante Chile, en la eliminatoria anterior, el origen del filosofar de Farías, que recordó cómo entonces se perdió en fila ante Perú, Paraguay y Brasil. O tal vez alguna ausencia en la convocatoria para jugar en Sapporo. Y aunque pudiera estimarse que tardó un tanto para lanzar un alerta cuyos argumentos alcanzan a la afición y a la prensa especializada, pensamos que realmente la derrota ante los australes puede ser un punto de inflexión en la ruta a Brasil.
Lo sustantivo del asunto es que, además del toque de atención, en la declaración del seleccionador afloran quejas sobre actitudes que podrían incidir notablemente en el futuro desempeño de la Vinotinto. Cuidadoso siempre en mantener la armonía del grupo, incluso de asumir responsabilidades que no pocas veces corresponden a los jugadores, al hablar de endiosamiento y conformismo y de insuficiente compromiso con el trabajo, Farías se está adelantando a lo que puede ser un mar de fondo.
Hablar de la necesidad de tomar medidas antipáticas confirma el malestar del técnico frente a la evidencia de una situación irregular en el interior de un bloque hasta ahora firme detrás de su director. Y, claro, llama la atención la denuncia en una declaración exclusiva, pues tema tan importante suele manejarse en conferencias de prensa. Pero quizás esta habría generado un ambiente negativo, por razones sobradamente conocidas.
Pero lo medular está en las consideraciones que plantea el seleccionador y que, por supuesto, mueven a especulaciones. Que es mejor no lleve ahora la cita de individualidades, pues el sentido del alerta abre la oportunidad de corregirse a quien esté fuera del contexto deseado, si bien a la hora de la convocatoria, las “medidas antipáticas” hablarán por sí solas.
Aquí pensamos que se está en el momento preciso para aplicar los correctivos del caso. Es preciso, como lo señala Farías, volver al trabajo duro, bajo el convencimiento de que todavía nada se ha conseguido en relación al objetivo de asistir al Mundial. Y que no se trata de “curarse en salud” sino de asumir la responsabilidad en un momento clave.
Aunque poco amigos del lugar común, desde el arranque con Richard Páez, y durante la gestión de Farías hemos recurrido a aquello tan dicho de que “Roma no se hizo en un día”. El camino, para ser firme, debe construirse paso a paso, entendiendo los tropiezos como cosa propia de la lucha y experiencias aleccionadoras.
En eso anda la Vinotinto. Y es momento para revisar y seguir adelante. Con quienes garanticen compromiso.
Armando Naranjo
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