El expelotero Ramón Hernández disfruta su trabajo como coach con los Tiburones de La Guaira
Ramón Hernández aparece en la entrada del dugout de La Guaira y usa la mano derecha como visera para cubrir su rostro del sol. Hace una seña a un grupo de peloteros y camina hacia el campo. Cualquier desprevenido seguramente imaginaría que se trata de otro más del equipo que se alista para una práctica tempranera en el Estadio Universitario.
Solo que Hernández asistirá al mánager Buddy Bailey como su coach de banca y mano derecha. Es lo que ha hecho desde hace casi un mes, cuando se unió a los entrenamientos del equipo.
“Realmente me sorprendió que Bailey confiara en mí de esa manera. Es un gran reto, sé a lo que me estoy enfrentando”, señala Hernández, que decidió retirarse tras disputar la Serie Final de la temporada 2014-2015 con los Navegantes del Magallanes. “Solo trataré de aportar todos los conocimientos que reuní en mis años como pelotero activo para ayudar a los muchachos”.
Hernández maneja el fungo con habilidad durante la sesión con los infielders, conecta roletazos hacia la segunda base, sin añorar el juego, sin pesar sobre la decisión que tomó.
“No. Estoy muy contento. No extraño el terreno, llegué a un punto en el que no quería seguir. Uno sabe cuándo tiene que irse y llegué a ese punto. Estoy feliz con lo que estoy haciendo. No pienso en jugar. Pienso como técnico”, asegura Hernández, sin un dejo de duda.
Ahora, a sus 39 años de edad, y tras una brillante carrera de 16 años como profesional, incluidos tres lustros en las Grandes Ligas, el ex receptor vuelve a ser un novato con los Tiburones.
“Sí un rookie. Pero es algo diferente. Llegas al estadio y tienes que ver a todos los peloteros. Ya no se trata de concentrarte en el pitcher contrario, sino hacer lo posible para ayudar al equipo, intentar que sea mejor en lo que hace.
Intentas compartir los conocimientos que has adquirido a lo largo de todos esos años en el terreno. Les doy datos a los muchachos de cómo prepararse antes de un juego, y qué deben hacer cuando están tanto a la ofensiva como a la defensiva, en diferentes situaciones de juego”.
Heiker Meneses, campocorto de los litoralenses, habla durante varios minutos con Hernández y luego continúa con su rutina en la práctica. Hernández es un coach, aunque dé la impresión que todavía puede ponerse los aperos.
Todos novatos
“Todos somos novatos cuando comenzamos alguna labor”, puntualiza Bailey. “Ramón está aprendiendo rápido, hace preguntas y con toda su experiencia como jugador, para nadie es un secreto que los catchers saben mucho más sobre lo que ocurre en el juego, está en una buena posición. Cuando dirigí a los Tigres, lo seleccioné como refuerzo un par de años para el Round Robin y nos ayudó a ir a esas finales (2005-2006 y 2006-2007).
Era un jugador muy inteligente en ambos lados del juego y un verdadero profesional. Así que alguien, en algún lugar, le iba a dar una oportunidad (como técnico). Es una gran adición a nuestro personal aquí”.
En su segundo año con La Guaira, Bailey armó un nuevo grupo de técnicos y no dudó en sumar a Hernández.
Alexander Mendoza
LVBP