Después de 12 años de kirchnerismo, Argentina elegirá el domingo un nuevo presidente entre el oficialista Daniel Scioli, favorito en los sondeos, y los opositores Mauricio Macri y Sergio Massa, en una elección cuya incógnita es si pasará o no a segunda vuelta.
El tono confrontativo de la presidenta Cristina Kirchner parece dar paso a uno más conciliador en los nuevos tiempos políticos que decidirán más de 32 millones de argentinos. Los tres principales aspirantes, descendientes de italianos, privilegian mensajes de consenso aunque ninguno la iguala en carisma, pasión y verborrea.
La mandataria, impedida por ley a un tercer mandato consecutivo, está convencida de que junto a su fallecido esposo y expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), lideró una “renovación patriótica”, enfrentando a poderosos dueños de medios, jueces y empresarios.
Los seis aspirantes a sucederla prometen combatir la pobreza, cuyos índices oficiales el gobierno no divulga desde 2013. Anuncian acabar con la corrupción y atacar al narcotráfico.
Sin embargo el jueves Scioli dio un golpe de efecto en su cierre de campaña en Buenos Aires al prometer un aumento de salarios de hecho para 600.000 trabajadores de clase media al eliminarles un impuesto.
A dos días de las elecciones generales no está claro si se podrá o no evitar el balotaje, previsto para el 22 de noviembre.
La ley electoral en Argentina establece que para ganar la presidencia hay que obtener más del 45% de los votos o 40% con una ventaja de diez puntos respecto al segundo. Nadie lo está logrando en los sondeos.
Además de presidente y vicepresidente, los argentinos elegirán legisladores nacionales y parlamentarios al Mercosur, en tanto en 11 provincias también se elegirán gobernador y otras autoridades, todo en una única papeleta.
Vía AFP