El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) presentó hoy un informe en el que se indica que si bien se ha reducido la cantidad de muertes por año en las cárceles del país, el nivel de hacinamiento supera el 190 %, principalmente por la lentitud del sistema de justicia.
«Hoy presentamos un pequeño informe que tiene como estructura la situación del hacinamiento, la situación de la violencia carcelaria, la situación de la falta de personal (…) en cuanto al hacinamiento, en los actuales momentos hay más de 190 %», dijo a los periodistas Humberto Prado, director de la organización no gubernamental.
Prado indicó que entre las causas de esta situación se encuentran «el retardo procesal por parte de los órganos de justicia», la «falta de construcción de nuevos centros de reclusión» y «el uso excesivo de la prisión como sanción casi exclusiva».
Además, se destaca en el Informe General Sobre la Situación Carcelaria en Venezuela que a las anteriores causas del hacinamiento se ha sumado el hecho de que el Ministerio del Servicio Penitenciario ha clausurado cárceles «de manera improvisada».
En el documento se ofrecen varios ejemplos de cárceles en situación de hacinamiento y exponen como caso extremo el del Centro Penitenciario de Aragua o cárcel de Tocorón, que tiene una población de reclusos de 7.634 personas pero una capacidad de recibir solo a 750 internos.
«En consecuencia, este centro penitenciario cuenta con un excedente de población de 6.884 privados de libertad, por lo que registra un porcentaje de hacinamiento de 918 %», dice el informe.
Prado también dijo al presentar el informe que desde 1999 hasta hoy han fallecido 6.500 personas dentro de las cárceles de Venezuela y 16.000 han resultado heridas, siendo el año 2012 el más trágico con 591 muertos y 1.132 heridos.
En el primer semestre de 2015 se han registrado 109 fallecidos y 30 lesionados.
En el documento se indica, además, que «la situación de degradación que se percibe en el sistema penitenciario venezolano no se ajusta únicamente a la violencia derivada del uso de armas y los enfrentamientos en los que viven los reclusos», sino también a las precarias condiciones de las instalaciones. EFE