“Cuando los hombres están bien gobernados no solicitan ni apetecen otra libertad”.
Nicolas Maquiavelo
Nelson Chitty La Roche
e-mail: nchittylaroche@hotmail.com
Al momento de escribir estas líneas se cumple en el celebérrimo mercado de Quinta Crespo en el casco de Caracas un proceso brutal y vergonzoso. La GNB y una gama de funcionarios públicos embisten los comercios y depósitos con la tarea de fijarle precios a los distintos productos y artículos comestibles, enlatados y en frascos en su mayoría importados de acuerdo a los criterios más arbitrarios y sin consideraciones de racionalidad económica. Se trata de montar la trampa que ya una vez vivimos, cuando el gobierno con Maduro y los militares asaltaron negocios del rubro de electrodomésticos y otros, bajándoles los precios y tras bastidores pagándoles lo que les pareció a unos y arruinando a otros para luego vendérselas al pueblo a precios irrisorios y lucirse como los abaratadores que forzaron a los comerciantes explotadores a cuasi regalar sus inventarios. Los pobres y entre esa denominación los vivos, se resolvieron a costa del trabajo, el ahorro y el capital de los que bregando duro reunieron bienes y los enajenaron a menudo por años en esos centros mercantiles. El resultado fue comprarle el alma a los que se prestan impávidos para eso a cambio de sus votos y de aquellos convencidos que ese latrocinio es el benéfico gobierno de los pobres. Pero además envilecieron y contaminaron un campo comercial que hoy se muestra absolutamente desabastecido.
Algo parecido ocurrió con el establecimiento agropecuario. Centenares de fundos, haciendas, fincas fueron visitadas por los vagos que se hacen llamar pueblo revolucionario y con ayuda de los militares, desaposesionaron a los auténticos y genuinos productores para en el mayor festival de la demagogia enervarlos y poner en manos de los zafios la producción de leche, carne, huevos, queso y oleaginosas. En la zona sur del lago de Maracaibo, en los andes se cayó estrepitosamente el mercado y el empleo siguió a la escasez de bienes al extremo que importamos café y dejamos de exportar plátanos, importamos arroz, azúcar, leche, maíz, papa y demás alimentos. El resultado en resumen es la grosera y ofensiva importación de casi todo, el bachaqueo y la vagabundería asociada al manejo de los dólares que tienen a los generales ahítos de dinero pero desacreditados ante el país y el mundo testigo del mayor saqueo que haya conocido América Latina.
No puede gobernarse en el desorden y en la corrupción. No si se quiere crecer y desarrollar a nuestra población entrenándola, adiestrándola, capacitándola. Chávez y sus imitadores y epígonos, sus espalderos y demás rufianes contaminaron todo de demagogia y engaño, de populismo y despilfarro, de fracaso y desastre y el resultado está a la vista. Somos el país de peores números macroeconómicos del continente y del mundo, con los guarismos más alarmantes en materia de criminalidad y con la educación más deficiente del continente. De estas afirmaciones hay pruebas a granel pero basta que usted amigo que me lee eche a andar su personal evaluación, no es necesario ser universitario para admitir que detrás de todo lo que dicen haber hecho bueno e incluyo a la misión vivienda y otras misiones se esconde un insolente depredador que es la mentira y el pudrimiento. Venezuela languidece, agoniza y los que la quebraron y desfiguraron no pueden ni deben seguirla gobernando so pena de traición a la patria.