Unas 600 venezolanas presentaron el pasado miércoles un recurso ante la Corte de Casación del Tribunal Supremo francés, última instancia que conoce de la demanda interpuesta por miles de ciudadanas de distintas nacionalidades contra la empresa certificadora alemana TUV Rheinland, por haber certificado la calidad de las prótesis mamarias francesas de marca Poly Implant Prothese (PIP), las cuales resultaron altamente riesgosas para la salud por haber sido fabricadas con silicón industrial no autorizado sanitariamente.
En esta oportunidad las venezolanas acudieron representadas por un equipo de juristas franceses contratados por la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco) de Venezuela, equipo integrado por la abogada Vanina Paoli-Gagin, Gaspard BENILAN, quienes llevaron el proceso ante la Corte de Apelaciones de Aix , en Provence, se sumó el especialista acreditado en la Corte de Casación Francesa, Patrice Spinosi.
En esta instancia se espera que la justicia francesa acuerde el pago de la indemnización de daños sufridos por todas estas víctimas de las dañinas prótesis mamarias.
Anauco representa hasta la fecha a 4000 venezolanas, además del primer grupo de 600 afectadas que espera decisión ante la última instancia judicial. Este segundo grupo se sumará a los procesos judiciales en curso, luego del fallo judicial que dictará la referida Corte de Casación.