Por la gran cantidad de gente que acude al establecimiento se generan inmensas colas que a veces se salen de control, tal como el incidente del pasado domingo, donde una turba de gente tumbó una de las cercas metálicas y una señora resultó asfixiada
Más de 6 mil personas son atendidas diariamente en el abasto Bicentenario de Charallave, generándose inmensas colas que a veces se salen de control, tal como el incidente del pasado domingo, donde una turba de gente tumbó una de las cercas metálicas y una señora resultó asfixiada.
A pesar de la eventualidad, las instalaciones abrieron con total normalidad este lunes a las 8 a.m., y desde muy temprano había una gran cola de clientes en las afueras del recinto. Vendieron pollo, carne y pañales desechables. Hasta las 4 de la tarde hubo rubros.
Jorge Castro, gerente del abasto Bicentenario de Charallave, informó que para mitigar los inconvenientes en las inmediaciones del establecimiento, es necesario que las personas tomen conciencia y colaboren con su buen comportamiento. Igualmente, destacó que se reforzará la seguridad en el lugar. “Estaremos más alerta con el personal de seguridad, pero lo principal es que los usuarios mantengan la calma”, indicó.
Aclaró que algunas veces cierran antes de la hora por que el abasto está full de compradores y las instalaciones solo tiene capacidad para 600 personas. Castro recordó que el horario de atención al público es de 8 a.m., a 6 p.m.
Piden mejoras
Carmen Ruiz, una de las compradoras que estaba ayer en la tarde, en las afueras del Bicentenario, pidió mejoras en la atención a los usuarios. “Las inmensas colas se tienen que acabar, también hay muchos atropellos; pasamos demasiado trabajo para comprar”, relató.
Milagro Castillo/Milagro Castillo
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