Los plazos en la recuperación de crack le mantienen fuera del Clásico y apuntan a una reaparición, sin urgencias, para la primera semana de diciembre
Leo Messi comenzó la semana tocando balón… Y lo que debería considerarse la mejor de las noticias en el Camp Nou fue recibida con una inyección de optimismo mezclada con una preocupación silenciosa: ¿querrá forzar su reaparición por el Clásico?
El crack aceleró su recuperación la última semana en compañía del fisioterapeuta de la selección argentina, Marcelo d’Andrea, y aunque su presencia en el Bernabéu el 21 de noviembre estaba poco menos que descartada en el club, los últimos mensajes que se han recibido desde la Ciudad Deportiva azulgrana conducen a la especulación.
Los plazos en la recuperación de Messi le mantienen fuera del Clásico y apuntan a una reaparición, sin urgencias, durante la primera semana de diciembre, quizá en el partido frente al Valencia en Mestalla o en el anterior, de Copa en el Camp Nou ante el Villanovense. No se contempla el Bernabéu… Pero la imagen de Leo corriendo con un balón abre un abanico de posibilidades que no pueden controlarse desde el propio club.
El excelente rendimiento mostrado por la pareja Suárez-Neymar facilitó que la ausencia de Messi en el Bernabéu fuera vista con tranquilidad alrededor del Barcelona, considerando que con sus dos escuderos en plena forma el equipo de Luis Enrique ya tendría la capacidad para plantar cara a los merengues.
Más aún, el hecho de llegar con ventaja gracias a la derrota de los de Benítez en Sevilla ampliaba estas dosis de tranquilidad y confianza. Pero nada de ello ha evitado que las especulaciones se catapulten al plano.
Desde el club, una fuente autorizada no se atrevió a descartar al cien por cien la presencia de Leo en el Clásico, advirtiendo que el ‘10’ es quien marca los plazos en compañía de los médicos y que aunque empezó la tercera fase de su recuperación más tarde de lo esperado en un principio “cada jugador es diferente”.
Además, no debe considerarse descabellado pensar que a Messi le motive regresar en un partido de tanto impacto como será el del Bernabéu, que podría provocar un golpe de efecto en el campeonato si el campeón se lleva la victoria.
Escaparse a seis puntos del Real Madrid después de doce jornadas de Liga sería visto como un golpe de autoridad indiscutible.
Y es evidente que a Leo le encantaría salir en una foto así, en vencedor al frente de un Barcelona dominador de la Liga.
El argentino ya acordó con los médicos, fisioterapeutas y miembros del cuerpo técnico de la primera plantilla que en absoluto forzará su recuperación y que su intención máxima es regresar cuando esté en plenas condiciones.
Lo que nadie se atreve a asegurar es que Messi no convenga con esos médicos, fisioterapeutas y entrenadores que la próxima semana esté a punto para viajar a Madrid con sus compañeros y presentarse en el Bernabéu.
Y alrededor del Barça eso provoca tanta expectación como reservas por el temor que existe a que, a fin de cuentas, no se mantuviera apartado del plano hasta el momento oportuno: después de un Clásico que ya ha comenzado a jugarse.
Ramos jugaría infiltrado
Sergio Ramos quiere jugar el Clásico. Tras sufrir una recaída en la lesión en el hombro durante el encuentro del Real Madrid el domingo pasado, el defensa central se sometió este martes a una resonancia magnética en una clínica madrileña y, a falta de confirmación oficial, tendría luz verde de los médicos para volver a infiltrarse para disputar el clásico frente a Barcelona.
Sin embargo, el central será baja tras el encuentro que se disputará el próximo 21 de noviembre en el Santiago Bernabéu, pues existe el riesgo de que tenga que ser sometido a una cirugía, toda vez que las pruebas realizadas este martes habrían revelado que padece una rotura de ligamentos en la articulación de una clavícula.
De hecho, algunos medios españoles aseguran que el central tendrá que pasar por el quirófano tras el encuentro y estaría de baja hasta enero, pues requeriría un tiempo de recuperación de hasta seis semanas.
No obstante, ha trascendido que el andaluz desea seguir un tratamiento más conservador y podría evitar someterse a la operación. De cualquier modo, tendrá que parar varias semanas para permitir que el trabajo de rehabilitación tenga resultado, pues parte del problema radica en que ha jugado infiltrado.
Cabe destacar que Sergio Ramos es una de las voces cantantes en el conflicto entre el plantel del Real Madrid y el jefe de servicios médicos, Jesús Olmo.
El malestar de los jugadores, que no confían en el médico, se agravó cuando despidió al fisioterapeuta Pedro Chueca -quien sigue atendiendo a varios jugadores en su clínica privada, entre ellos Ramos- y volvió a salir a la luz el mes pasado debido a la elevada cantidad de lesiones y recaídas que ha sufrido el plantel.
Jordi Blanco
espndeportes.com