La comunidad internacional ratificó este lunes su condena con firmeza a los múltiples atentados terroristas perpetrados en París este viernes que dejaron más de 130 muertos; Europa de su lado se unió en un minuto de silencio al mediodía en honor a las víctimas. En Nueva York se desplegó una jornada con firmas de apoyo al pueblo francés y sus autoridades. Mientras Francia busca la vuelta a la normalidad, el presidente François Hollande afirmó que su país “está en guerra”, en alusión a los terroristas del autodenominado Estado Islámico.
Francia intentaba este lunes recobrar la normalidad tras los atentados más cruentos de su historia a los que respondió con bombardeos en Siria y redadas en todo el territorio, que sigue bajo amenaza al igual que otros países europeos.
“Sabemos que hay operaciones” que “se preparan, no sólo contra Francia, sino también contra otros países europeos”, advirtió el lunes el primer ministro Manuel Valls, que aconseja “prudencia y vigilancia”.
Ante este riesgo, sólo en la última noche se llevaron a cabo 168 registros en el marco del estado de emergencia en vigor desde el viernes que desembocaron en 23 detenciones y la incautación de 31 armas, informó el gobierno. Añadió que en las últimas 48 horas se impusieron “104 arrestos domiciliarios” a individuos fichados por los servicios de seguridad.
La investigación sobre la oleada de ataques seguía concentrada en la identificación de los yihadistas que causaron la muerte de al menos 129 personas en París y alrededores, y en sus conexiones con Bélgica y en Siria.
Se busca en particular a un “individuo peligroso”, Salah Abdeslam, un francés que podría haber participado en los ataques con sus hermanos.
El lunes, la fiscalía de París anunció la identificación de otros dos kamikazes, uno francés y el otro con pasaporte Sirio que había transitado por Grecia en octubre pasado. De los siete suicidas, ya se conoce la identidad de cinco.
El primero, Omar Ismail Mostefai, nacido en un suburbio de París, estaba fichado por los servicios de inteligencia franceses. Otros dos, Bilal Hadfi (de 30 años) y Brahim Abdeslam (de 31), eran franceses residentes en Bélgica.
Los vínculos con Bélgica están ahora claros. Los atentados “fueron preparados en el extranjero” y movilizaron a personas “situadas en el territorio belga y que quizá tuvieron, la investigación lo dirá, cómplices en Francia”, indicó el domingo ministro del Interior francés Bernard Cazeneuve.
Siete personas están detenidas en Bélgica, donde la investigación se centra en el barrio de Molenbeek de Bruselas, considerado como una encrucijada de yihadistas en Europa. Allí se lanzó este lunes una nueva operación policial, constató la AFP.
Los investigadores tratan de aclarar también las conexiones con Siria, donde parecen haber estado varios de los sospechosos.
Vía EFE