La delegación de eurodiputados españoles que visitó recientemente Venezuela concluyó que la situación posterior a las elecciones del próximo 6 de diciembre en el país «puede ser preocupante» y plantea la necesidad de que haya «presencia» del Parlamento Europeo (PE) en estos comicios.
«La situación postelectoral puede ser preocupante. La separación entre Gobierno y oposición es demasiado grande y muy probablemente Venezuela está a las puertas de una convivencia política que tiene que administrarse con inteligencia y generosidad», dijo el jefe de la delegación, el eurodiputado socialista Ramón Jáuregui.
En una rueda de prensa tras regresar del país latinoamericano, Jáuregui y los dos diputados que completaron la misión, el popular Gabriel Mato y el liberal Fernando Maura, presentaron las conclusiones de la misma en un informe que revela las «circunstancias difíciles» a las que, según ellos, se enfrenta el pueblo venezolano.
Entre otros aspectos, los eurodiputados destacaron «el clima de violencia callejera e inseguridad ciudadana» y «el endurecimiento del trato a la oposición por parte del Gobierno, con la inhabilitación de cargos electos y la detención o encarcelamiento de líderes políticos y estudiantiles».
Los miembros de la delegación destacaron también que los procesos judiciales abiertos a líderes opositores no se desarrollan, a su juicio, con las garantías propias de un estado de Derecho y no permiten afirmar que exista independencia del poder judicial en Venezuela.
También observaron «una limitación de las libertades y derechos por parte del Gobierno, con la libertad de prensa y el derecho a la información gravemente cuestionados».
«Todo ello ha unificado a la oposición, que tiene una aspiración democrática en las próximas elecciones», dijo Jáuregui.
Por ello, este grupo de eurodiputados presentará la próxima semana a la Comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara la propuesta de enviar una delegación más «completa», con 12 eurodiputados, que viaje al país durante la semana de los comicios.
Jáuregui reconoció que «realmente una misión de observación electoral no es posible en Venezuela», ya que la comisión electoral no lo ha permitido, pero reiteró que «cuanta más presencia internacional haya, mejor».
«Constatamos que hace falta presencia europea en Venezuela, donde hay un pueblo que tiene unos lazos económicos y culturales con Europa que nos llama a un sentido de la responsabilidad para seguir los acontecimientos», remarcó.
Sobre la posibilidad real de un cambio en Venezuela después de las elecciones, los eurodiputados constataron «opiniones encontradas» entre los miembros de la oposición.
«Están desde quienes piensan que el Gobierno no va a tener más remedio que asumir una derrota electoral, hasta los que creen que puede vaciar de competencias una asamblea elegida a favor de los partidos de la oposición y gobernar por decreto», explicó Fernando Maura.
Maura remarcó que, en su opinión, «la situación política en el país se está deteriorando de una forma alarmante».
Gabriel Mato expresó que «hay un deseo de cambio» en Venezuela, aunque dijo que «no está tan claro que haya una posibilidad real de cambio».
«Los ciudadanos están viviendo una situación de penuria tremenda e insostenible», agregó.
Esta misión «exploratoria» liderada por eurodiputados españoles se desarrolló «sin ningún tipo de limitación», excepto en las conversaciones con las autoridades, que no recibieron a la delegación.
«Lamentamos que no pudiéramos tener conversaciones con el Ministerio de Exteriores, con la propia Presidencia del Gobierno o con la Comisión Nacional Electoral, organismos a los que habíamos quedado en entrevistarnos formalmente», señalaron.
En la visita, de tres días, los parlamentarios se reunieron con grupos de la sociedad civil, expertos, con la Mesa de la Unidad Democrática, observadores electorales, familiares de presos políticos, abogados y medios de comunicación. EFE