Jose Dirceu fue encontrado culpable de orquestar un esquema de soborno en el que se pagaba efectivo a cambio de votos para las propuestas presidenciales en el Congreso. Las noticias de este sistema de sobornos se dieron a conocer en 2005
El exministro José Dirceu, principal acusado en el llamado juicio del siglo en Brasil, fue condenado este lunes por la Corte Suprema a 10 años y 10 meses de prisión por su responsabilidad en la compra de votos en el Congreso durante el gobierno de Lula.
Dirceu, un abogado brasileño de 66 años y exjefe de gabinete entre 2003 y 2005, fue presentado por los jueces como el mayor responsable de la red de sobornos a congresistas que operó durante el primer gobierno de Lula (2003-2007), según el Supremo Tribunal Federal (STF).
«La responsabilidad del procesado es extremadamente elevada. Él se valió de sus posiciones de mando y prominencia, tanto en el Partido de los Trabajadores como en el gobierno federal» para incurrir en delitos de corrupción, señaló el magistrado Joaquim Barbosa, relator del proceso.
El STF también sentenció a José Genoino (66 años ) y Delubio Soares (57) expresidente y extesorero del Partido de los Trabajadores, respectivamente, por su participación en el esquema de corrupción que enlodó al partido de la mandataria y sucesora de Lula, Dilma Rousseff.
Genoino, exguerrillero y exdiputado, recibió una pena de 6 años y 11 meses de prisión y su copartidario de 8 años y 11 meses.
Junto con Dirceu los tres conformaron el llamado núcleo político de la sofisticada red que desvió dineros públicos para comprar votos de legisladores de la coalición a cambio de su apoyo a las iniciativas del gobierno, en un proceso conocido como el «mensalao», en referencia a las mensualidades que recibían.
Dirceu, un exguerrillero comunista que combatió la dictadura (1964-1985) y referente histórico del PT, fue condenado por corrupción activa y asociación para delinquir a 10 años y 10 meses de prisión y a una multa de casi 350.000 dólares, según la sentencia leída en audiencia pública.
Genoino y Soares también deberán pagar multas por unos 234.000 y 162.000 dólares, respectivamente.
Dirceu llevó la peor parte al ser acusado de crear y comandar la red de corrupción que hizo tambalear el primer gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), excluido del juicio y quien siempre negó cualquier responsabilidad en el caso.
De ahí que el exministro sea visto como el pez gordo en el mayor juicio por corrupción política celebrado en Brasil.
Debido a que su condena supera los siete años, «Dirceu deberá ir a prisión, lo que envía un mensaje muy fuerte a la sociedad brasileña: aquí todos están sujetos a la ley sin importar quién eres», comentó a la AFP Tania Rangel, profesora de la Fundación Getulio Vargas y autora de varios artículos sobre el tema.
El otrora poderoso ministro -aún en libertad como los demás procesados- intentó en vano probar su inocencia y la inexistencia de una red de corrupción durante el gobierno de Lula.
Dirceu fue varias veces presidente del PT fundado por Lula y coordinador de la campaña que por primera vez llevó al poder al carismático líder obrero.
En los años ’90, Dirceu fue elegido dos veces diputado federal, y dejó su escaño en 2002 para ocupar el Ministerio de la Casa Civil (Presidencia), uno de los cargos más cercanos al presidente.
A raíz del escándalo se separó del gobierno y fue destituido de la Cámara de Diputados en 2005 e inhabilitado electoralmente hasta 2015.
Van siete sentenciados
Con las condenas contra Dirceu, Genoino y Soares, ya son siete los sentenciados del grupo de 25 políticos y empresarios hallados culpables.
La mayor condena fue impuesta a Marcos Valerio, un publicista de 51 años acusado de seis delitos por los que deberá pagar 40 años y dos meses de cárcel.
La semana pasada, el Supremo Tribunal Federal ordenó retirar los pasaportes a los 25 acusados para evitar su eventual fuga.
Héctor Velasco / AFP