¿Desea que existiese un mecanismo capaz de transformar su aburrido uniforme de oficina en un atuendo para salir de fiesta, o un dispositivo que le guíe directamente a nuevos amigos?
Entonces llame a Marcelo Coelho.
Investigador del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), Coelho trabaja en la investigación de punta sobre dispositivos portables que pueden ser más inteligentes que la persona que los viste.
Una de las áreas mas prometedoras es la de vestimenta que integra computadores y que prácticamente puede pensar sola.
“Se puede programar tu camisa para que cambie de color, o de estampado”, dijo. “Quizás estás hoy en el trabajo y quieres tu camisa de una manera, pero de noche estás en una fiesta y la quieres diferente”.
Otra creación es un vestido con un dobladillo que sube y baja, u otro vestido con flores que se abren y cierran suavemente.
Coelho, de 35 años, fue uno de los oradores de la conferencia MIT 2015 EmTech el miércoles en Rio de Janeiro, donde hasta este jueves líderes en tecnologías emergentes ofrecerán vistazos al futuro.
El mensaje es que desarrollos de ciencia ficción están en marcha en áreas tan diversas como los drones o la medicina.
Pero para el brasileño Coelho, la alegría viene de aplicar los misterios del laboratorio a situaciones cotidianas.
Pensando en ese escenario de la oficina a la fiesta, Coelho develó un dispositivo que serviría para encontrar a gente con la cual uno tiene ganas de charlar, de flirtear o incluso de evitar.
Con la forma de un reloj pulsera normal, la pequeña computadora está programada con datos personales -información de Facebook o algo más personalizado- y luego se comunica con otros dispositivos en la misma área.
“Vas a un evento y puedes comparar tu reloj con el de otra persona”, explicó. “Si no tienes nada en común con un extraño en el evento, se encenderá una luz roja, y si tienes, será una luz verde”.
Los robots son del pasado
¿Adónde lleva todo esto? Para Skylar Tibbits, otro científico del MIT, directo al “constrúyelo tú mismo”.
Pero no en el sentido de batallar con un manual de instrucciones rodeado de piezas y tornillos para ensamblar una cama que acabas de comprar en una caja. Tibbits quiere decir ‘constrúyelo tú mismo’ en el sentido de que la cama, o lo que sea, se ensamble a sí misma.
Esta es la idea de la impresión en 4D, la especialidad de Tibbits.
Si impresoras 3D pueden producir objetos tridimensionales con solo tocar un botón, 4D significa que pueden luego transformarse u organizarse de maneras útiles.
A diferencia de los robots, estos materiales no están computadorizados y no requieren de electricidad. Reaccionan a fuerzas ordinarias como presión o calor o agua y cambian, pero son pensados por los científicos para que cambien de forma de una manera predeterminada.
Por ejemplo, un zapato o un neumático mojado pueden cambiar para tener mejor adhesión, y regresar a la normalidad cuando se secan. El laboratorio de ‘constrúyelo tú mismo’ de Tibbits en el MIT estudia si esta tecnología puede ser aplicada a objetos mucho más grandes, incluso en la construcción.
“Son materiales que se comportan como robots, pero no precisan de robots”, dijo Tibbits en una transmisión por video. “Eventualmente proponemos que los materiales puedan ensamblarse a sí mismos de cero”.
Si esto no suena lo suficientemente turbador, considere lo que Coelho asegura que es la próxima frontera: no tecnología ‘vestible’ sino chips y dispositivos con WiFi insertos en el cuerpo humano.
“La tecnología migrará lentamente a la piel y luego bajo la piel, no podrá distinguirse de la persona”, dijo a la AFP. “Estoy trabajando en algunas cosas en esa área de las cuales no puedo hablar mucho”.
Y con cada nueva revolución llegan nuevos riesgos de que la tecnología caiga en las manos equivocadas, por ejemplo de criminales o de gobiernos represores.
“Con cualquier tecnología, podría ser una distopía total o algo alucinante y empoderador”, dijo.
Refiriéndose a los científicos del Manhattan Project que inventaron las armas nucleares usadas por Estados Unidos contra Japón en 1945, Coelho alertó que científicos en las fronteras del cambio precisan tener una profunda conciencia.
“Fue necesaria la gente más inteligente del mundo para crear una máquina que pudiese eliminar el planeta”, reflexionó. AFP