Tenemos que quejarnos del abuso y tratar de detener el ventajismo.
Hay un mito sobre unos roedores llamados lemmings: dice que se suicidan en masa arrojándose al mar, a un lago o a un río. Esta creencia, falsa de toda falsedad, proviene en buena parte de un documental de Disney filmado en 1958 y llamado «White Wilderness». No se sabe si los ejecutivos de los estudios Disney tuvieron conocimiento de la manipulación que el equipo de 9 fotógrafos encabezado por James R. Simon hizo de la migración de los lemmings, pero el resultado es una impresionante escena en la que centenares de animalitos saltan desde un acantilado a un río en un acto que podría calificarse de suicidio masivo. Actualmente se sabe que fue una escena preparada y que los lemmings fueron inducidos a correr hacia el precipicio.
El instinto natural de los seres vivos es preservar la especie, no suicidarse. Los lemmings emigran cuando hay sobrepoblación de su especie en un determinado lugar y ciertamente hay algunos que mueren en el trayecto… lo que no significa que se suiciden.
Hay una sabiduría en los animales que, como decía Jardiel Poncela, en muchas ocasiones sobrepasa la de los hombres. Porque en la raza humana sí ha habido suicidios en masa, siendo el más conocido el protagonizado por la secta de Jim Jones en Guyana en 1978, donde 909 personas -incluyendo niños- cometieron suicidio ingiriendo cianuro. «Un acto revolucionario», lo llamó el «reverendo» Jones.
Hace pocos días Teodoro Petkoff se refirió como «suicidio» a la abstención electoral. Ya los venezolanos se suicidaron masivamente una vez, en 2005 (no me incluyo porque fui a votar, aunque voté nulo). No sé quién sería el primer «reverendo» que indujo al acto, pero el resultado fue entregarle el país en bandeja de plata al chavismo. Los errores se pagan y éste lo seguimos pagando…
También dicen que el hombre es el único animal que se pega dos veces con la misma piedra… ¿nos abstendremos de votar en las elecciones del 16 de diciembre?… Nosotros nos pusimos en situación de desventaja frente al poder de Chávez y eso no se resuelve de un día para otro. Tenemos que quejarnos del abuso y tratar de detener el ventajismo, pero tenemos que ir a votar. Si no lo hacemos, ya no será un mito de unos lemmings lanzándose por un acantilado. Será la estupidez de millones de venezolanos que optarán nuevamente por suicidarse en masa.
Carolina Jaimes Branger