Se vieron beneficiados al tener que medirse a rivales más accesibles en los octavos de final de la Liga de Campeones
El Barcelona y el Real Madrid tuvieron relativa fortuna en el sorteo de los octavos de final de la Liga de Campeones de fútbol, a diferencia del Atlético de Madrid, que se vio beneficiado con uno de los equipos más accesibles de los posibles rivales.
Con la misión de repetir el título logrado el año pasado, el campeón Barcelona se medirá en el primer duelo mano a mano con el Arsenal, mientras que en el camino busca a su undécima corona, el Real Madrid chocará ante la Roma. Más sencillo parece tenerlo el Atlético de Madrid, que en el primer cruce se las verá con el PSV Eindhoven, de acuerdo con lo que determinó este lunes el sorteo realizado en Nyon.
Además de los duelos de los equipos españoles, el sorteo dejó dos choques estelares en la próxima fase, París Saint-Germain ante el Chelsea y Juventus ante el Bayern Múnich, cuatro de los cinco campeones vigentes de las Ligas más importantes de Europa.
De los adversarios posibles, el Barcelona recibió a un rival complicado, pero evitó a pesos pesados como el PSG o la Juventus. «Arsenal y Barsa tienen un sistema de juego muy parecido. Estoy convencido de que el aficionado al fútbol disfrutará. La forma de entender el fútbol es igual. Serán dos grandes. Como siempre, máximo respeto», afirmó el director de Deportes Profesionales del Barcelona, Albert Soler.
Para el Real Madrid, la ecuación puede ser parecida. La Roma, quinto en la Liga italiana, parece un rival de cuidado, aunque no el más peligroso de lo que podía tocar. Habrá que ver el momento de los blancos en febrero, cuando se dispute la eliminatoria. En principio, lo más difícil será sortear los fantasmas propios a los que se enfrenta el equipo dirigido por Rafael Benítez, más que la complejidad que suponga el rival.
Los partidos de ida de las ocho series están previstos para el 16, 17, 23 y 24 de febrero, mientras que las revanchas se disputarán el 8, 9, 15 y 16 de marzo. La final se llevará a cabo el 28 de mayo en el estadio San Siro de Milán.