Se le ha tomado como imagen del socialismo-marxista-comunista, desfigurando su estampa, su retrato y su condición de padre de la patria
Cesáreo José Espinal Vásquez
cjev@cantv.net
El bolivarianismo ha sido una vía política del chavismo para imponer el marxismo en nuestro país. En consecuencia, Simón Bolívar no es bolivariano al no ser marxista.
Al Libertador Simón Bolívar se le ha tomado como imagen del socialismo-marxista-comunista, desfigurando su estampa, su retrato y su condición de padre de la patria, profanándose su tranquilidad en el sepulcro para crear el patrioterismo llamado socialismo del siglo 21, que es el antifaz del marxismo. En la época de Bolívar, 1811-1830, no se conoció el llamado socialismo, ni el marxismo ni comunismo. El socialismo de conciencia y evolución nació en 1834 y el socialismo marxista y comunista, en 1848, por lo que poner a Simón Bolívar, como figura del socialismo-marxista y utilizar la frase de “bolivariano”, es un irrespeto no solo al Padre de la Patria sino a todos los ciudadanos sin exclusión, porque aún cuando no lo establezca la constitución de 1999, la República de Venezuela es bolivariana y lo somos todos los venezolanos. Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia son bolivarianos pero no marxistas, por ser supra constitucional. Hugo Chávez, en ejercicio de la Presidencia de la República confesó la doctrina ideológica de su gobierno al manifestar públicamente, el día 15 de enero de 2011, en sesión de la Asamblea Nacional, lo siguiente: “Asumo el marxismo, lo asumo y yo cuando asumo, asumo”. En correcta interpretación, de esta confesión, se colige como luz meridiana que la doctrina del llamado “chavismo” que ha estado en el poder público nacional por dieciséis años, abrazó el manifiesto comunista de Marx, en lo que evidentemente no es una doctrina política democrática al cercenar el libre desenvolvimiento de la personalidad. Sus fines y acciones han sido la eliminación de clase social para una sociedad de proletarios que vive por dádivas no del Estado, porque el Estado somos todos los ciudadanos, sino del “presídium del partido”. Por ello, no debe hablarse del poder del Estado confundiéndose y amalgamándose con el “poder del partido único” y esto no puede considerarse en un Estado de Derecho Justo. Además, la eliminación de la propiedad privada, no solo de los empresarios e industriales y de los medios de producción y servicios, sino de la propiedad privada de cada persona, de regalarle viviendas en comodato político, sin propiedad, o sea, sin titularidad de sucesión hereditaria y sin fuentes de trabajo, sujeto como se ha hecho, con los desalojos de viviendas, quitándoles la dotación del inmueble y aún más, ordenando la devolución de los taxis entregados. En fin no es el Estado-paternalista, sino es el partido dueño y señor de la vida y de la muerte, porque en revolución, la ley es la revolución. La revolución permanente, es cambiar para asumir el marxismo, donde los poderes públicos son controlados por el partido único de gobierno y al no existir Derecho Justo, somos una sociedad prisionera en tiranía, por ello, Simón Bolívar no es boliviariano.