Es muy larga la historia del balompié venezolano y con un pasado sumergido en constantes fracasos, el debut oficial de la selección Vinotinto fue en el año 1926, ante el Deportivo Santander de Colombia, época en la que Venezuela dio sus primeros pasos en un torneo con jugadores extranjeros, entre los que destacó Luis Mendoza, mejor conocido como “Mendocita”, quien brilló en equipos como el Deportivo Italia y Deportivo Galicia.
En aquella oportunidad, “Mendocita” tuvo que vivir su talento de manera aislada y con el protagonismo de goleadas en contra de las selecciones sudamericanas que enfrentaba. Es así como a punta de coraje y garra, consiguió un espacio en cada uno de los clubes por los que pasó para demostrar sus dotes como jugador, además de capitanear por 10 años a Venezuela en todas las contiendas internacionales.
Nombrar a Luis Mendoza es hablar de la historia de nuestro fútbol, la cual logró crecer gracias a muchos factores que tomaría mucho tiempo analizar. Al hablar de talento Vinotinto también es hablar de Juan Arango, una de los mejores jugadores que ha dado la historia del país.
Arango desde su llegada al fútbol europeo, y hoy en día con 34 años de edad, ha logrado mantener su apodo del “Huracán del Caribe”, ya que resultaba extraño pensar en un venezolano jugando en alguna liga europea. Aunque el futbolista no es el primero en lograrlo, sí es pionero en afianzarse y lograr ganarse el respeto de manera unánime, gracias a esa zurda de oro que en la actualidad es catalogada como una de las mejores del mundo.
Mendoza y Arango son el pasado y el presente |de la selección nacional, el talento no les pesa a pesar de las distintas épocas, lo que demuestra que en Venezuela aparte del beisbol, siempre se ha practicado el fútbol, sólo la falta de organización impedía trascender al plano internacional.
Es importante conocer y aprender a valorar el pasado, ese que provocaba la euforia de gritar un gol a Taffarel en 1992, cuando Brasil había hecho 5 anotaciones, ahora se liga la Zurda de Arango para que marque el gol de la Victoria contra el rival de turno. En definitiva, nuestro futbol puede resumirse “De Mendocita al Huracán del Caribe”, dos historias distintas pero con la misma pasión por la camiseta.
Arnaldo Israel Fernández