La Conferencia Episcopal Venezolana manifestó a través de su exhortación pastoral que el conflicto surgido entre el Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional no tenía justificación, porque «el pueblo expresó su voluntad de vivir en democracia y no en un sistema totalitario y excluyente».
Monseñor Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, leyó el documento de la CEV o pastoral, donde se señala que cada poder tiene sus competencias. El Ejecutivo, según el texto, debe diseñar y proponer soluciones y a los diputados corresponde la doble responsabilidad con sus estados y en toda la nación como cuerpo colegiado.
La CEV cree que los diputados deben estar a las altura de las expectativas creadas por quienes votaron por un cambio y el resto de la población y trabajar por la construcción de un futuro mejor.
La Conferencia estima que los comicios de diciembre pasado y la instalación de la Asamblea Nacional, a pesar de las sombras de dudas, han constituido una luz significativa de aliento para la convivencia cívica y la resolución de los problemas.
La CEV sostuvo que la mayoría del pueblo se expresó por la necesidad de un cambio de rumbo en la orientación del país.