La crisis por la que atravesamos no es coyuntural, es totalmente estructural y multidimensional. Aun así tenemos cómo sacar el país hacia adelante, trazando líneas concretas de acción, que tendrían su punto de partida con un corolario de rupturas en cuanto al modelo del estado rentista que nos sigue dominando, y por otro lado las autocriticas descarnadas que conlleven, más alla de la demagogia discursiva, a sincerarnos y a recuperar el hilo conductor de unas de las experiencias políticas que sin lugar a dudas es una referencia mundial no solo para los desamparados del mal llamado tercer mundo, sino incluso para los pobres y gente conscientes del llamado mundo desarrollado donde también existe el sur.
Rehacer la política
Los resultados de las elecciones del pasado 6 de diciembre evidenciaron que la forma de nuestros dirigentes de hacer política no es de la mejor manera. Compadrazgos, amiguismo, actitudes prepotentes, imposiciones de candidatos y de gerentes institucionales para nuestra región sin tener una visión política y técnica sobre nuestra barloventeñidad, el no saber aceptar las críticas justamente constructivas al momento de cuando se estaban cometiendo los errores, así como desalentar iniciativas e imponer criterios más personalistas que colectivos, fueron en parte las causas de la pérdida de la mayoría de diputados en el poder legislativo.
Sin embargo, como hemos dicho en Barlovento y las mayorías de las comunidades afrovenezolanas, la lealtad electoral a un proyecto social inclusivo, aun con ciertos retrocesos de los últimos años, prevaleció el proyecto político bolivariano a la hora de votar, ojo no por los o las candidatas impuestas a las comunidades afro, sino porque en estos últimos quince años la conciencia política afro hizo una ruptura con el medio siglo de democracia representativa que les había arrebatado sus tierras, y la miseria a que eran sometidos por el Fondo Nacional del Cacao y por las empresas privadas chocolateras, que por cierto siguen teniendo el control de la venta del cacao.
Barlovento como poder local
Nuestra región barloventeña, pese al aumento impresionante de la inseguridad por causas exógenas, porque la gobernación de Miranda no ha ejercido ningún dispositivo de seguridad, sigue siendo un ejemplo para restaurar los proyectos iniciados por el comandante Chavez desde el año 2000. Esos proyectos centrados en el buen uso de la tierra, su potencial agrícola y turismo no depredador sino sustentable, constituyen un espacio para retomar el poder local que no se ajuste a los intereses o caprichos de algún dirigente político manipulador o alcade convertido en reyezuelo o con mentalidad de esclavizado doméstico, obedeciendo las líneas que le bajen desde arriba y no captar las necesidades más sentidas de su comunidad. En cuatro asambleas realizadas por sectores y líderes de diferentes municipios están dispuestos a tomar iniciativas y agendas vinculadas a los problemas cotidianos, como prevención, cultura, familia y educación. Estas son iniciativas del poder popular local, donde no fueron no serán mediados pues son parte del problema y la solución de los mismos. Conscientes se está de que hay que exigirles a las instituciones que funcionen para poder articular con agendas pertinentes a cada localidad. Es así como se podría retomar el proyecto inicial bolivariano, desde los más profundos sentimientos y necesidades de nuestras comunidades. Lo demás es buchi pluma no más.
CHU CHE RÍAS
La Laguna de Tacarigua está agonizando, está seca. La profecÍa de Morochito Iriza, hoy difunto, se está cumpliendo. Los tacarigüeños tienen que ir a buscar pescado a El Hatillo. La fiesta de esta laguna, el próximo 2 de febrero, será una fiesta de arena.
Es lamentable que después de tanto luchar y desidia, a Morochito Iriza le salió su pension postmorten… Ya pa’ qué…
LA VOZ DE AFROAMERICA / Jesus Chucho Garcia