«La materia y la energía son la misma cosa, el hambre y la maldad son los dos cachos iguales del mismo toro bravo que asesina…»
Lo que es y hace el hambre cruenta que el filósofo genio de lo inconcebible Nicolás Maquiavelo sostiene vehementemente en su tesis de sabio absurdo, que si la materia y la energía son la misma cosa, el hambre y la maldad son los dos cachos iguales del mismo toro bravo que asesina, así el hombre y la mujer nacen malos desde su concepción genética, por lo que hay que estructurar los métodos para que más o menos cambien sus conductas originales a la adaptación de lo usual. Como por ejemplo convivir en las dictaduras parciales, hay que adaptarlos para que desarrollen conductas de convivencias sin que den problemas lamentables y peligrosos. En cuanto a lo global hacerles prácticas de adaptación para la buena convivencia de disciplina en los imperios donde sabemos que reina la pura y más sanguinaria maldad asesina.
En cuanto a Venezuela, esta tesis surtió su efecto en la asesoría que le hicieron a Marcos Pérez Jiménez por intermedio de su asesor principal, el sabio politólogo experto en derecho político, constitucional, filósofo y primer sociólogo venezolano Dr. Laureano Vallenilla Lanz padre, quien en la práctica de su cesarismo democrático le recomendaba al dictador lo siguiente: “para que usted pueda estabilizarse y sostenerse en el gobierno, mande con la doctrina del gendarme necesario, es decir, conforme me salgas te salgo, la imagen auténtica de Maquiavelo, es una réplica de su filosofía, general, porque el adversario que tenemos es terriblemente malo¡. Acción Democrática sedienta del Poder-Estado a costa de sangre inocente y no entienden nada de lo bueno que tienen los gobiernos, de allí que nació en los adecos el fascismo en sus huesos, tan peligroso que no conviven con ningún gobierno constructivo y progresista, porque sus características son las del criminal sanguinario Tomás Funes, quien fantorreaba: cuando yo mando todo el mundo me teme. Siendo esta la expresión parecida exacta que aplica la doctrina adeca a su siniestra política escogida para su uso como la copia fidedigna del silogismo filosofo-político del propio Maquiavelo que así lo dicen, cuando los adecos acometemos una gigantesca acción a nuestro provecho así procedemos. “Todas las cosas que nosotros los adecos queremos que sean nuestras, se cambian o resuelven políticamente con la maldad, máxima agresión represiva, lo que nos conlleva que al enemigo no lo perdonemos, que lo perdone la muerte que acarreamos cada vez que estamos en el poder, porque el pueblo olvida nuestras perversidades y nos justifica”…
Pedro Núñez Caripe
(El Karikanki)