Los venezolanos de a pie estamos hartos de que las élites políticas tanto del pasado como del presente al final terminen protegiéndose
El estudio presentado por Marea Socialista en diciembre del 2015, llamado “Autopsia de un colapso: ¿Qué pasó con los dólares petroleros de Venezuela?” (http://mareasocialista.com.ve/?p=379), indica claramente que entre la fuga de capitales que se generó en Venezuela entre 1999 y 2013 y el descuadre de la caja de Pdvsa desde 1999 hasta el 2014, se suma 475 mil millones de dólares aproximadamente, lo que hoy equivale a nueve años de importaciones del 2012, año que representa el de mayor cantidad de dólares gastados para tal fin (54.767 millones de dólares), y que nos lo han robado a todos los venezolanos.
Sin embargo, durante todos estos años, tanto cambios de ministros de corrientes distintas e incluso encontradas, como alternabilidad de gobiernos regionales y municipales entre gobierno y oposición, han sido cómplices y han encubierto lo que gestiones anteriores han sumado a las cifras previamente calculadas.
Hacia el 6D de 2015 hubo un pacto parcial de actores del gobierno y la oposición denominado por algunos como el “Pacto del polvo cósmico y la arena de playa” en honor al actual presidente de la Asamblea Nacional, que utilizó esta categoría para señalar que lo que se viviría el 6D era un “duelo” y que terceros no serían permitidos participar. Ahora, después de ese duelo, donde la oposición ganó, se reconfiguran las fuerzas, y un sector del gobierno de Maduro empieza a manejar un nuevo pacto, que más allá de que se logre generar un mecanismo de diálogo o gobierno de conciliación, garantice que quienes así como en la cuarta no consiguieron ninguna sanción ante el desfalco también propinado a la riqueza del país, ahora los de la quinta, si el gobierno llega a salir de manera anticipada, gocen de la impunidad del pacto del “borrón y cuenta nueva”.
Los venezolanos de a pie estamos hartos de que las élites políticas tanto del pasado como del presente al final terminen protegiéndose, y la impunidad siga campante en nuestro país. Los que votamos por Chávez entre otras cosas lo hicimos porque él ofreció superar la crisis de las crisis, que es la ética, y la verdad es que en eso nos decepcionó, pero lo peor aún no lo hemos visto.
Después del 6D un sector de la población rompió el cerco y se atrevió, siendo chavista, a votar por la oposición, en mi caso yo voté nulo como castigo al sistema electoral, pero otros se expresaron castigando al gobierno de manera directa, todos seguramente bajo la esperanza de que no sólo se abriera el diálogo o el debate sobre la crisis del país, sino con la esperanza de que la lucha contra la corrupción se iniciará de una vez.
Sin embargo, tanto en los dos últimos discursos de Maduro, como los de Ramos Allup, e incluso en la instalación de la comisión que analiza el decreto de emergencia, ni siquiera José Guerra y menos aún Héctor Rodríguez dieron con el tino de definir claramente las causas de la crisis económica: el robo de 475 mil millones de bolívares, sin sumar lo que se robó en la cuarta república, que no tiene doliente ni responsables.
Debemos exigir una auditoría pública, una comisión de la verdad, o como queramos llamar a quienes tengan los testículos y ovarios necesarios para investigar y penar a quienes nos han robado y nos siguen robando en nuestra cara, que no tienen tinte partidista, como no lo tiene el capital, menos si su origen es mafioso, es un clamor nacional, porque si esto no se supera no habrá en el país nadie con la suficiente moral para pedirle sacrificio a nadie en estos momentos tan críticos que necesita de la unión de todos los venezolanos para superarla, ya que puede convertirse en una crisis humanitaria.
No a la misión “Borrón y cuenta nueva”. ¡Incautación de bienes y repatriación de capitales ya a los corruptos!
Nicmer Evans
aporrea.org