Homenaje Juan Pablo Duarte y Diez
Hablamos de uno de los más insignes libertadores de América y un soldado lleno de valentía y lealtad con los más altos principios de la soberanía que lo llevan a constituirse no solo en el Padre de La Patria Dominicana, sino en el adalid de la nacionalidad y un glorioso libertador americano, comparable con Simón Bolívar, Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, Bernardo O’Higgins, José de San Martín, entre otros.
Nace en la ciudad de Santo Domingo el 26 de enero de 1813, durante el período conocido como el de la «España Boba». Sus padres fueron Juan José Duarte y Manuela Diez Jiménez. Su padre trabajó tesonera y provechosamente en su negocio de efectos de marina y ferretería, único en su género en la ciudad de entonces, situado en la margen occidental del río Ozama, en la zona conocida con el nombre de La Atarazana.
El padre de Duarte murió en la ciudad de Santo Domingo el 25 de noviembre del 1843, estando ausente del país y su madre en Caracas en 1858, durante el destierro que le impuso Santana, en unión de sus hijos.
Su vida
Juan Pablo fue bautizado en la iglesia de Santa Bárbara el 4 de febrero de 1813. Sus primeras enseñanzas las recibió de su madre y, más tarde, asistió a una pequeña escuela de párvulos dirigida por una profesora de apellido Montilla. De allí pasó a una escuela primaria para varones, donde desde muy temprano dio muestras de una gran inteligencia. Fue admitido más tarde en la escuela de don Manuel Aybar, completando sus conocimientos de lectura, escritura, gramática y aritmética elemental.
Siendo casi un niño recibió clases sobre teneduría de libros, para pasar, ya adolescente, bajo la tutoría del doctor Juan Vicente Troncoso, uno de los más sabios profesores de entonces. Con él estudió Filosofía y Derecho Romano, mostrando, una vez más, su gran deseo de superación y de amor por los estudios.
En 1828 o en 1829, con apenas quince años de edad, y acompañado del señor Pablo Pujols, comerciante ligado a su familia, sale vía Estados Unidos, Inglaterra, y Francia rumbo a España, radicándose en Barcelona, donde tenía parientes. Poco se conoce de Duarte durante su permanencia en España.
Para 1831 o 1832 aparece de nuevo en Santo Domingo y trabaja en el negocio de su padre. Realiza una intensa vida social que le liga a importantes sectores de la pequeña burguesía urbana. Es testigo de matrimonios, apadrina bautizos y asiste a reuniones de carácter cultural. Esa vivencia de la sociedad es la que le permite percibir que existe un sentimiento patriótico que rechaza la presencia de los haitianos en el país. El mérito de Duarte, como patriota y como político organizador estriba, fundamentalmente, en que supo interpretar el momento histórico que vivía la sociedad dominicana de aquel entonces, renuente en sus capas más decisivas, a aceptar la dominación haitiana. Para ese momento, el gobierno de Boyer había envejecido y de un gobierno liberal y progresista, pasó a ser una dictadura con graves problemas económicos y resistencia interna en su territorio original.
Movimiento político-militar
La Trinitaria, fundada el 16 de julio de 1838, fue concebida por Juan Pablo Duarte como una organización político-militar clandestina, ya que la tarea de expulsar a las tropas haitianas implicaba riesgos enormes en un territorio que muchos historiadores aseguran no pasaba de poco más de 120 mil habitantes.
Los trinitarios operaban clandestinamente en células de tres, se hacían llamar por seudónimos y no conocían a los demás, mientras que los miembros fundadores recibían rangos militares. Juan Pablo Duarte fue nombrado general y jefe del movimiento libertador.
La grandeza de Duarte
A su regreso, Juan Pablo Duarte trajo los más recientes libros sobre los movimientos e ideas que se debatían en Europa y Estados Unidos, entre ellos un manual sobre el manejo de armas, asimiló el trabajo clandestino que venía ejecutando José María Serra y se dedicó a la enseñanza entre amigos y vecinos de ciencias como la filosofía, letras, matemáticas, y otras disciplinas, incluyendo esgrima.
De acuerdo a como escribió el mismo Serra, en principio Duarte fue su colaborador voluntario en la tarea de la denuncia política a través de los pasquines, incorporando a ésta el teatro, convirtiéndose en un líder que hizo de la causa de la independencia una pasión entre los jóvenes y habitantes de la parte Este de la isla.
Después del 27 de febrero regresó a su patria, y se incorporó a la Junta Central Gubernativa dominada por los sectores más conservadores, que no tenían fe en la viabilidad de la república. Se inició un proceso de luchas internas que culminó con la expulsión del territorio nacional de los patriotas fundadores del Estado dominicano. Ese Estado que nace a la vida pública, llevando en su seno oportunistas, conservadores y anexionistas en las más altas posiciones usurpadas a los iniciadores del movimiento separatista, que encarnaron siempre la vocación de sacrificio y el amor a la libertad de la mayoría del pueblo.
Falleció en Caracas, Venezuela, país en donde vivió la mitad de su vida amándolo profundamente, el 15 de julio de 1876 a los 63 años, y es sepultado en la fosa Nº 9 del Cementerio General del Sur, que había sido recién inaugurado en Caracas. Sus restos fueron trasladados al suelo dominicano en 1884, irónicamente, por el gobierno de Ulises Heureaux dictador de ascendencia haitiana, quien lo declaró Padre de la Patria.
En 1944, sus restos fueron sepultados en el Altar de la Patria, donde se encuentran y donde recibe las consideraciones que merece como Padre de La Patria Dominicana.
Salomón Benshimol R.
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