El gobierno debería explicarle a todos los venezolanos quién permite el acceso de armamento pesado a los centros penitenciarios del país
Omar Ávila
@omaravila2010
Recientemente hemos sido testigos de los lamentables y bochornosos sucesos ocurridos en la isla de Margarita, donde el homicidio de un pran paralizó a lugareños y visitantes de la paradisíaca isla del Caribe.
Aunque bien es cierto que asesinaron a un “exconvicto”, hecho que debe ser reprochable, lo más vergonzoso o lamentable fue la despedida que le hicieran sus amigos «privados de libertad» dentro de la misma cárcel de San Antonio. A ningún venezolano le quedó la menor duda de los beneficios que gozan quienes se encuentran en ese penal: piscina, discoteca, tragos, drogas, prostitución y armas de fuego más potentes que las que usa cualquier funcionario policial sea nacional, estadal o municipal.
Por tal motivo, me pregunto: cómo sobrevivir en un país donde matan a 75 venezolanos diarios, o lo que es lo mismo tres por hora, o uno cada 20 minutos. Un país en el que 97 % de los homicidios no se resuelven, esto habla de la total desidia en la que vivimos, donde el gobierno brilla por su ausencia, manda el hampa y reina la impunidad.
Me gustaría que Nicolás Maduro, Iris Varela y Padrino López le explicaran a todos los venezolanos, quién permite el acceso de ese tipo de armamento a los centros penitenciarios del país, cuando todos hemos sido testigos de las calamidades, penas, humillaciones y vejaciones a las que se exponen, sobre todo las mujeres, cuando van a visitar a sus familiares privados de libertad.
En un país normal, con un gobierno que vele por la gente, situaciones como estas no sucederían. Una Ministra del Sistema Penitenciario que se toma fotos afectuosas, sentada en una cama con uno de los hombres más peligrosos de un penal, no infunde ninguna autoridad y mucho menos respeto; en un país donde funcione la justicia y predomine la cordura, un personaje como Iris Varela hubiese sido destituida desde hace tiempo.
Hoy, en el mundo al revés de Nicolás y sus acólitos o su combo, tenemos unas cárceles llenas de armas, municiones, prostitución y droga, mientras las neveras, despensas, estómagos y bolsillos de los venezolanos están vacíos, producto de un modelo que ha acabado con la producción nacional que nos ha llevado a estos altos niveles de escasez y desabastecimiento, tanto en alimentos como en medicamentos esenciales que ya supera el 65 %, con lo que lamentablemente, hoy nuestro país está más que enfermo; pero esto no se queda ahí, ya que se le suma el asedio continuo del hampa, donde ya no estamos seguros en ningún lugar y adicional a eso tenemos la inflación más alta y la ciudad más violenta del mundo.
Mientras todo esto ocurre, Maduro solo amenaza con eliminar la Misión Vivienda Venezuela y colocar trabas para que las personas que lograron beneficiarse con una casa o apartamento, no sean dueños de estas, a todas luces prefieren tener a un pueblo arrodillado a los designios del gobierno. Lo que no terminan de entender, es que ese mismo pueblo ya se puso de pie porque se cansó de los abusos de un opresor.
El cambio ya comenzó y ahora lucharemos por hacer valer los derechos de los venezolanos.