En artículo anterior (“Laureados economistas, al contradecir la guerra económica, desconocen la existencia malévola del imperialismo”), quien suscribe, adelantaba la consideración acerca de ciertos economistas que, en su afán de negar la guerra económica que los adversarios del proceso bolivariano le han declarado al país, han optado por desconocer al imperialismo y sus pretensiones avasallantes; economistas estos, que, por su formación teórica de origen, deberían tener presente, más que claro, el papel que el imperialismo estadounidense, en la historia de los últimos 200 años, ha jugado en contra de la voluntad de independencia y de afirmación de soberanía de los pueblos latinoamericanos y caribeños y, en especial, del pueblo venezolano quien siempre ha sido un adelantado en la lucha por la liberación nacional y que hoy ocupa, una vez más, una honrosa posición de vanguardia revolucionaria en la lucha redentora de los pueblos nuestroamericanos.
Por supuesto que no nos referimos a profesionales de la economía como José Toro Hardy (exgerente meritocrático de Pdvsa), Ángel García Banchs (director de Econométrica), Pedro Palma (director de Ecoanalítica), Eduardo Mayobre (exdirector ejecutivo del FMI y del Banco Mundial), Ronald Balza (profesor universitario), Luis Vicente León (director de Datanálisis ), todos ellos, “laureados economistas”, entre otros, que siempre han tenido una manifiesta vocación, desde nuestro particular punto de vista, de identificación con los intereses de quienes han imposibilitado el desarrollo autónomo de nuestro país.
No. Nos estamos refiriendo a otros “laureados economistas” que, como Felipe Pérez Martí y José Guerra, en algún momento de su vida, de su formación profesional y experiencia vital, mantuvieron una posición de confrontación teórica y política con lo que significaba el imperialismo yanqui, al igual que Teodoro Petkoff, Héctor Silva Michelena, Adicea Castillo, Antonio Paiva, Carlos Blanco, etc., y que luego, por los avatares de la vida o los retrocesos dialécticos, fueron objeto, muy conscientemente, del “síndrome Betancourt”, poniéndose, en la práctica, que es lo que cuenta, al servicio, de los más connotados enemigos de la liberación del pueblo venezolano.
Y este, lamentablemente, es el periplo que observamos en la trayectoria de estos economistas, Pérez Martí y Guerra; evidentemente, mucho más definido en el segundo de los nombrados, quien decidió “quemar las naves” hacia el socialismo más temprano y más definidamente. Hoy trataremos el caso del profesor Pérez Martí.
¿Hombre de izquierda?
Poseedor de una cultivada y densa formación académica, con doctorado en economía de la Universidad de Chicago (EE. UU.), Felipe Pérez Martí es profesor de varias universidades tanto en Venezuela como del exterior, fue ministro de Planificación y Desarrollo del presidente Chávez entre 2002 y 2003, posición en la que tuvo marcadas diferencias con Jorge Giordani, según narra en entrevista reciente en el semanario La Razón, de quien considera ser un ignaro en materia económica. Se define a sí mismo como hombre de izquierda aunque ha tomado marcada distancia del Proyecto Bolivariano, de cuyo gobierno actual opina que es de derecha porque ha beneficiado a los más ricos y empobrecido a las grandes mayorías, a los más débiles.
Ha venido haciendo, en los últimos tiempos, una serie de recomendaciones, recogidas en un ensayo que tituló con el sugerente nombre de “Qué hacer”, en las que sostiene que si el gobierno de Nicolás Maduro no procede a introducir, de manera inmediata, esos cambios sustanciales, que ha venido recomendando, en la política económica, la situación del país se va a tornar insostenible, con lo cual se hace necesario e ineludible el cambio de gobierno y enjuiciar y llevar a la cárcel a altos funcionarios gubernamentales, entre ellos, el primero, el actual Presidente de la República.
Afinidad no sólo
en lo económico
Paralelo a estos planteamientos se ha venido operando, al mismo tiempo, un acelerado y público acercamiento del profesor Pérez Martí con connotados voceros de la MUD, dándose el caso que ya es notorio la coincidencia de enfoques entre el profesor y las posiciones del conglomerado opositor en materia económica; siendo demostrativo de ello que fue él quien redactó el informe que sirvió de sustento a la bancada parlamentaria opositora de adecos-derivados y lechuguinos para no aprobar el Decreto de Emergencia Económica presentado por el Ejecutivo a la Asamblea Nacional.
Pero, es evidente que la afinidad de enfoques entre Pérez Martí y la MUD ya ha trascendido lo económico para ubicarse, también, en el ámbito político, pues invocar la salida del gobierno de forma inminente como lo han planteado reiteradamente los encumbrados dirigentes opositores, ya denota una identidad en lo político; por supuesto, eso de por sí no es incongruencia, simplemente, es coincidencia de enfoques.
Discurso invisibilizador
La incongruencia del profesor Pérez Martí viene dada en que, desde hace cierto tiempo, en su discurso ha invisibilizado al imperialismo, desconociendo su vocación injerencista, tanto en sus escritos como en las entrevistas públicas que cada vez con más frecuencia le hacen medios pronunciadamente inclinados hacia posiciones de derecha.
Ya este sesgo es mucho más definidor e indicativo porque que alguien que se asuma de izquierda, omita, en sus análisis, aquí en América Latina, a un factor como lo es el imperialismo, históricamente tan determinante, para tronchar y obstaculizar la lucha de nuestros pueblos por su liberación económica, política y cultural, está demostrando un elocuente viraje en su percepción de la realidad social; es decir, está denotando, como diría nuestro amigo llanero, que compró un pasaje de vuelta de sus posiciones iniciales; aunque no lo quieran reconocer explícitamente, quienes así proceden, son objeto del síndrome betancurista que ya otros han padecido.