Minutos de tensión se vivieron la tarde de ayer cuando los militares, vestidos de civil, esperaban la entrega de un pago controlado y al parecer confundieron a un policía que estaba sin uniforme con un delincuente
Una situación irregular se registró la tarde de este miércoles en Santa Teresa del Tuy, entre funcionarios de la Guardia Nacional, adscritos al Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas), y efectivos de la Policía Municipal de Independencia.
Una fuente del cuerpo de seguridad local informó que frente al Unicasa de Santa Teresa, seis agentes del Conas, vestidos de civil, esperaban la entrega de un pago controlado por un presunto caso de secuestro, manejado desde una cárcel del país.
De pronto, un efectivo de la policía de Independencia, que también estaba sin uniforme y esperaba para entrar al citado supermercado, junto a su familia, observó que un hombre sometía con una pistola a una mujer y le dio la voz de alto, esgrimiendo su arma de fuego, sin sospechar que se trataba de un militar y la fémina era una delincuente.
El funcionario del Conas, al escuchar el llamado y pensando que el policía local estaba involucrado en el plagio, le disparó y cayó herido.
La situación movilizó a otros cinco gendarmes de Santa Teresa que estaban en las adyacencias y originó que el resto de los efectivos del Conas accionaran sus armas de fuego, generándose una gran confusión.
Los funcionarios locales apresaron a uno de los castrenses, quien quedó identificado como Sargento Segundo Julio César Rivero Arteaga. Al mismo se le decomisó una pistola Prieto Beretta, 9mm. Los otros militares desaparecieron del sitio. Una fuente de Poliindependencia aseguró que los funcionarios de este cuerpo de seguridad local nunca dispararon. Por parte del Conas no ha habido hasta ahora versión oficial.
El policía herido fue identificado como Jesús Ramírez. Su estado es crítico, pues recibió un tiro en el pómulo con pérdida de dentadura. El militar Rivero resultó con un tiro en el pie, cuando forcejeaba con un uniformado, en medio de su detención.
Susto y tensión
En medio de la balacera cientos de personas corrieron despavoridas, quedando el casco central de la entidad desolado. “Vivimos horas de angustia, cuando se escuchaban las detonaciones; todo estuvo muy confuso”, dijo un vecino que se encontraba en el lugar. Los negocios también bajaron sus santamarías.
MIP-TUY Agencia
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