¿Es que el gobierno nacional piensa que el venezolano es pendejo y se deja engañar con los injustos aumentos de salarios? Esa injusticia comienza por los que ganan salario mínimo y también por los empleadores que deben hacer magia para poder cumplir con los caprichos demagógicos de un régimen inconsciente y que demuestra que no conoce la realidad de lo que sucede en el país que le ha tocado gobernar, para desgracia de su ciudadanos.
Venezolanos, llegó el momento de que se le diga la verdad al pueblo y que nos informen dónde podremos conseguir cubrir la cesta básica con los piches veinte y cuatro mil y pico de bolívares que acaban de aumentar. ¿Sería mucho pedirle que alguna persona que piense, si es que existe en el actual socialismo del siglo XXI, que le haga ver a Nicolás Maduro que el pueblo lo que necesita es comida, vivienda y educación que puedan cubrir con sus salarios, como lo fue hasta la llegada de lo que hoy desgobiernan a Venezuela? Preguntamos:
¿cómo es posible que hoy un cartón de huevo cueste 1.200 bolívares y que un pan de la Panadería Sánchez que costaba hace 15 días 426 y hoy cueste 916 bolívares; que las hortalizas y verduras que se vendían a un precio razonable en los mercaditos populares que organizan el gobierno central, los gobiernos regionales, las alcaldías y hasta la mismas juntas comunales, vendan hoy esos rublos de primera necesidad hasta con 200 % de aumento? Igual que un par de zapatos para niños (a) cuesten 12.000 bolívares.
Y si vamos a la ropa de vestir, sea deportiva o formal, la encontramos con un aumento del 300 %. Todo se puede comprobar si pasamos por las tiendas que se encuentran en el centro de Caracas, para mejor ubicación las de la parroquia Candelaria. Y no queremos seguir enumerando los costos de los otros productos, principalmente los de la cesta básica, ya que sería injusto hacer llorar al pueblo que menos posee.
Es verdad, en las cadenas fastidiosisimas del que ejerce el cargo de presidente de la nación, designado por el Consejo Nacional Electoral, nos dan brillantes soluciones tales como:
Convertir nuestros hogares en criaderos de animales y en los jardines o maseteros de nuestro hogares realizar diferentes cultivos de verdura y hortaliza. Creemos que el “genio” que le recomendó a Maduro decir tan gran estupidez no pensó ni por un momento la epidemia que podrían traer eso criaderos a nuestros pueblo.
Tomemos con ejemplo a las gallinas: ¿sabía usted, amigo lector, de la contaminación por las defecaciones de esas gallinas en lugares inapropiados, además del cuidado que necesitan esas aves? Hablamos de vacunas y de un alimento adecuado para garantizar su pureza y que a su vez puedan ser consumidas por seres humanos.
Seguramente que no y le recomendamos que si por casualidad cerca de su casa hay un criadero de gallinas cuídese, ya que las infecciones y cualquier otra enfermedad que le caiga puede llevarlo a la muerte. Pero eso, como es una gran verdad, este gobierno incapaz no lo dice.
Ahora bien, mientras que los gobiernos que piensan en el progreso en el mundo buscan conquistar el espacio y brindarles una sanidad total a sus conciudadanos, Maduro y sus genuflexos pretenden llevarnos al ocultismo, a la miseria, al hambre y hasta la muerte con tales consejos nacidos de la improvisación de gente que no está preparada para regir los destinos de nuestro país.
Queremos una Venezuela de progreso y de logros y no una nación muerta de hambre y miserable. Maduro renuncia, eso lo pide a gritos Venezuela entera.
Salomon Benshimol R
sbenshimol@yahoo.com