El diálogo no debería limitarse al asunto del revocatorio, sino que pudiera ser el inicio de un debate de largo aliento, en la perspectiva de crear formas de cohabitación para todo un período histórico, más allá de la coyuntura
De acuerdo con informaciones de prensa, durante la realización del Foro Económico Mundial, celebrado en Davos, tuvo lugar una reunión de carácter informal entre el vicepresidente de Estados Unidos y varias personalidades latinoamericanas, entre las que se encontraban el empresario venezolano Lorenzo Mendoza y el presidente de Argentina, Mauricio Macri.
En el transcurso del encuentro, Joe Biden habría manifestado que estimaba conveniente que el Vaticano y La Habana hicieran gestiones a favor del diálogo entre el Gobierno y la oposición de Venezuela, en la búsqueda de soluciones a los problemas políticos y económicos existentes. Más recientemente, el secretario de Estado, John Kerry, destacó desde Washington, al dar declaraciones sobre la próxima visita de Barak Obama a Cuba, que “hay un diálogo que está tomando forma en Venezuela y en el que puede que tomemos parte”.
Al parecer, la iniciativa ya se encuentra en curso y se ha concretado en encuentros preliminares entre representantes del Gobierno y de la MUD, aunque no se conoce con precisión cuáles son las delegaciones diplomáticas en el país que manejan la iniciativa, ni cuál es el cronograma de las conversaciones.
En todo caso, el simple hecho de que se estén realizando encuentros entre los sectores políticos venezolanos en pugna representa un avance positivo, más allá de sus aspectos anecdóticos. Por lo demás, sería muy útil una pronta incorporación de un funcionario estadounidense, ya que Washington es parte del conflicto y considera a Venezuela como una amenaza para su seguridad interna.
Tal vez para este aspecto pudiera crearse una mesa de negociaciones específica, ya que el Gobierno de Estados Unidos ha tomado acciones concretas que lesionan la soberanía nacional, como la ley a la que se le puso ejecútese en diciembre de 2014, denominada de “protección a los venezolanos”.
En vista de que las fuerzas de oposición plantearon al inicio del año que definirían en un máximo de seis meses un método para poner cese al mandato de Nicolás Maduro, es de suponer que este es el primer punto de la agenda.
Se han sugerido diferentes opciones, como una modificación del texto constitucional o la declaratoria de abandono del cargo, que no cuentan con un sólido fundamento legal y que difícilmente serían aceptadas por una de las partes.
Así que es razonable pensar que las conversaciones giren en torno al referendo revocatorio, que es la figura constitucional elaborada para estas situaciones.
Sin embargo, el diálogo que se inicia no debería limitarse al asunto del revocatorio, sino que pudiera ser el inicio de un debate de largo aliento, en la perspectiva de crear formas de cohabitación para todo un período histórico, más allá de la coyuntura. Y en cuanto a las negociaciones de EE. UU. y Venezuela, pudieran concluir en un acuerdo basado en los principios del derecho internacional de respeto mutuo y no intervención.
Leopoldo Puchi