“Ya tú tienes más de dos años, sentado, y sin hacer nada. ¿Entonces? Aléjate de Miraflores, que a mi toca, me toca y me toca, y punto…”
I
«Hazme el favor, Nicolás, renuncia para que yo tenga un chancecito de montarme en esa potra maranta, pero tan apetecida, como es la silla de Miraflores. ¡Chico, no seas maluco! Ya tú tienes más de dos años, sentado, y sin hacer nada. ¿Entonces? Aléjate de Miraflores, que a mi toca, me toca y me toca, y punto. ¡Me toca, okey! Tú, mi pana, Nicolás, eres el primer preso político del país… Tan sólo tienes que firmar la ley de amnistía, y abandonar el país. De esa manera te liberas a ti mismo, panita. Anda, no lo hagas por Venezuela, hazlo por mí, por tu pana burda que te sigue día y noche en mi imaginación. Tú eres más joven que yo. Todavía puedes tener una segunda oportunidad, pero yo, Nicolás, no, chico, a mi me agarraron los años buscando esas pruebas del fraude, y todavía ando en eso, pero con el ojo puesto en la silla. Mira, Nicolás, ya San Pedro me hizo una advertencia, o mejor dicho, me envió un mensaje. Un día de estos cojo una arrechera, como la del sábado pasado en la famosa concentración, donde estaba solo, como un pendejo. La barbi de la Tintori, se piró. El otro carajito también. ¡Coño, Nicolás, hazme la segunda, «brothercito». Tú no sabes lo que es eso de estar parado en una tarima chimba, con ese calorón y estar hablándole a cuatro gatos…»
II
«Escúchame, Nicolás, yo voy a hacer algo por ti, que me lo vas agradecer por todo el resto de tu vida: voy a parar esa corriente extremista y de malos pensados que hay en la MUD de que tú dizque eres colombiano. No, no, señor, usted será liberado de esa calumnia, pues, yo como presidente interino voy a sentenciar «borrón y cuenta nueva», con esa estupidez. Pero te digo una cosa, esa vaina viene de los petimetres y desmadrados muchachos de la ultra y de Primero Justicia. Por cierto, ya no son tan muchachos. Por eso no quiero que Julio Borges llegue a la presidencia de la AN, estando tú todavía montado en la silla. Ese Julito viene con todo contra ti. Así que espero. No tienes que llamarme a Miraflores, sólo dame una señal por la pantalla del canal 8. La palabra clave es: acepto. Más nada.
III
«Mira, Nicolás, yo te prometo, de verdad «verdaíta» que no te voy a joder cuando sea el presidente interino. Tú, agarras tus macundales con la primera combatiente y te vas para Cuba. Tranquilo, loco, allí te espera Raúl y Fidel, o Fidel y Raúl, es la misma vaina, y te alojan en uno de esos hoteles de lujo, donde no van los cubanos… Allí te vas a codear con la crema y nata del gobierno de Raúl, y con los invitados especiales que visitan a Cuba, tanto de Estados Unidos como de Europa… Porque fíjate, tú, Nicolás, allá en Cuba se abrieron, vale, se abrieron, se cansaron de estar jodidos por su terquedad, y ahora mandaron pa’l carajo al marxismo, al leninismo y hasta al fidelismo… Todo cambia, Nico, todo, hermano, esa es la ley de la vida. ¿Entonces, pana, me vas hacer el favorcito? Y así estarías devolviéndome el poco de adecos que creyeron en Chávez, y se pasaron para la revolución… Pero no olvides, Nicolás que tu papá era adeco, y adeco es adeco hasta que se muere…» ¡Volveré!
Teófilo Santaella
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