La fundación Fe y Alegría se pronuncio sobre la inseguridad que azota el país. En el manifiesto aseguró que la violencia atenta contra el derecho a la educación, porque, entre otras cosas, «cuando las escuelas son desvalijadas por los delincuentes dejando sin equipos a los estudiantes, resulta casi imposible reponer los equipos robados».
Mediante el comunicado expresó que no son solo las instituciones o los alumnos son los afectados por la delincuencia, puesto que «los educadores, obreros y administrativos cuando van a sus centros educativos sienten que es una lotería llegar sanos y salvos a sus lugares de trabajo».
Según la publicación de la periodista Julett Pineda de Efecto Tocuyo, hace dos meses un vigilante del colegio Fe y Alegría ubicado en La Silsa, en Caracas, fue degollado en las instalaciones del plantel por unos delincuentes que entraron al recinto para robar bombillos y extintores.
De los 171 centros educativos con los que cuenta Fe y Alegría en el país, la mitad se han visto afectados por la delincuencia y se estima que 30% de los familiares y estudiantes han sido víctimas de la violencia, aseguró Noelbis Aguilar, directora nacional de las escuelas Fe y Alegría. Las inasistencias superan el 60%.
Manifestaron que «los problemas recientes como la falta de suministro de agua, así como la escasez de alimentos y medicinas, si bien no pueden calificarse como «violencia», se han convertido en una traba para la educación de los niños, niña y adolescente. Estamos teniendo inasistencias elevadas por estos problemas».
El comunicado concluye pidiendo «que nos unamos para trabajar juntos por una sana convivencia donde todos y todas podamos disfrutar los derechos fundamentales, tales como: la vida, la protección, la recreación, la alimentación, salud y la educación entre otros. Por nuestra parte seguiremos trabajando por nuestro país, por nuestras comunidades, por nuestras familias y principalmente por nuestros estudiantes».