Con el Domingo de Ramos, se inicia la Semana Santa, tiempo de reflexión, de penitencia y de resurrección.
Es la semana en que debemos reflexionar sobre nuestras condiciones diarias, sobre nuestras carencias, sobe nuestras actuaciones como personas, como ciudadanos, como profesionales, como padres, como abuelos, como hermanos, como familia, sobre nuestros procederes éticos, sobre nuestros principios y valores morales, en lo que somos y debieron ser.
Es tiempo de penitencia, para arrepentirnos de todo aquello, que por exceso u omisión hemos fallados en contra nosotros mismo, en contra nuestro prójimo y en contra de nuestra comunidad, en contra de nuestro municipio, en contra de nuestra nación.
Es tiempo de resurrección, ya que después de reflexionar, de ser penitente, debemos resucitar hacia nuestro futuro con la esperanza y la fe de ser mejores personas, mejores ciudadanos, mejores padres, mejores abuelos, mejores hermanos y mejores familias, con la finalidad, de hacer revivir a esta nuestra patria, que está sumida en el odio, en la falta de principios éticos, de valores morales, espirituales.
Es tiempo para el descanso físico, sin exceso, que también lo merece nuestro cuerpo, para de esa manera tener fuerzas para trabajar por una Venezuela con Justicia Social.
Por lo tanto amigo, amiga lector, esta semana debe ser tiempo de acercase aún más a nuestra Gran Dios, para agradecerle, el estar vivos; el vivir en una nación hermosa, de gente bella, a pesar de las circunstancia adversas y llena de vicisitudes, por las cuales hoy estamos atravesando y que con el favor y la gracia de ÉL pronto saldremos.
Quiénes por dicha tendrán la oportunidad de viajar se les recomida prudencia, sentido común, evitar los excesos y acordarse de que se puede disfrutar el descanso, sin olvidarse que hay un Gran Dios, que nos espera en las Iglesias, para que le demos gracias por todo lo que nos ha dado. Feliz Semana Santa y que nuestro Gran Dios nos siga bendiciendo.