Obama cumple una visita de tres días a Cuba, en lo que se considera un momento cumbre de la normalización de relaciones comenzada en diciembre de 2014.
Barack Obama y Raúl Castro expondrán sus diferencias cara a cara en la reunión que sostienen este lunes en La Habana para delinear el futuro inmediato en la relación entre Estados Unidos y Cuba, punto álgido de la visita del presidente estadounidense a la isla.
El gobierno cubano ya le hizo saber a Obama que no está dispuesto a negociar ningún cambio en su política comunista por pedido o presión de Estados Unidos, su otrora rival por más de medio siglo.
El mandatario de Estados Unidos quiere, sin embargo, aprovechar su histórico viaje para tratar de frente con Castro temas tan sensibles como el de los derechos humanos, en un ambiente enrarecido por la detención temporal de decenas de disidentes cubanos que protestaron el domingo poco antes del aterrizaje de Obama.
“Tenemos todavía diferencias significativas sobre derechos humanos y libertades individuales en Cuba. Creemos que ahora podemos potenciar nuestra capacidad para promover más cambios”, dijo Obama al canal ABC en La Habana.
“Va a haber un cambio aquí y creo que Raúl Castro entiende eso”, indicó Obama, aunque reconoció que esto no ocurrirá “de la noche a la mañana”.
En pasados días el mandatario se comprometió por escrito con las Damas de Blanco, cuya líder Berta Soler fue detenida por varias horas, a hablar con Castro sobre “los obstáculos” en esos temas.
Obama se reunirá el martes con disidentes en la embajada, en un encuentro al que está invitada Soler, quien critica a Obama por sus “concesiones” a Castro sin que a cambio hayan cesado “la persecución y violencia” contra opositores.
Los cubanos, entretanto, están sorprendidos por las pocas imágenes que tienen de Obama en la isla, donde llegó el domingo bajo un fuerte dispositivo de seguridad que, sumado a la lluvia, han impedido siquiera acercarse al presidente.
“El pueblo cubano no lo ha visto. Nos sorprendió la mínima cobertura que ha tenido en la prensa” oficial, señaló a la AFP Maricela Castillo, de 28 años, exoperadora de una empresa estatal.
El reclamo cubano
Obama, de 54 años, y Castro, de 84, se han encontrado dos veces desde que lanzaron a finales de 2014 el proceso de normalización de relaciones bilaterales.
La primera reunión se produjo en abril de 2015 en el marco de la Cumbre de las Américas, en Panamá, y la segunda, cinco meses después, en el seno de Naciones Unidas en Nueva York.
Este tercer encuentro se lleva a cabo en el Palacio de la Revolución, sede del poder político cubano, al que llegó Obama después de rendir homenaje al héroe nacional José Martí.
Raúl Castro lo espera para seguramente tocar el tema que más le preocupa a Cuba en su relación con Estados Unidos: el embargo económico vigente desde 1962.
Obama, que está a favor del levantamiento del embargo, ha recurrido a sus atribuciones ejecutivas para relajar algunas de las medidas que castigan a los cubanos, pero el Congreso, en manos de la oposición republicana, es el único que puede desmontar el entramado de restricciones.
Las autoridades insisten en que Obama podría hacer más en contra del embargo, tras restablecer los vuelos comerciales directos, autorizar algunas inversiones importantes y facilitar los viajes de los estadounidenses, que todavía no pueden hacer turismo libremente.
“No creo que la visita de Obama tenga un impacto inmediato en la política cubana, mucho menos en decisiones puntuales del régimen en el corto plazo”, comentó a la AFP Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano.
Kerry y las FARC
El presidente de Estados Unidos también se encontrará con pequeños empresarios de ambos países. Mientras tanto, Michelle Obama intercambiará con estudiantes en el centro cultural Fábrica de Arte.
El martes, Obama ofrecerá un discurso para el pueblo cubano que será transmitido en directo, y asistirá a un juego de béisbol, actividades que cerrarán su visita a La Habana, de donde partirá a Argentina.
Durante la jornada del lunes, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se reunirá por separado con los negociadores de las FARC y el gobierno colombiano que intentan alcanzar un acuerdo para acabar con más de medio siglo de enfrentamiento armado.
Estados Unidos, que financió por años la lucha contra la guerrilla comunista, apoya el proceso de paz de Colombia y las gestiones de Kerry podrían resultar definitivas ahora que los diálogos parecen haberse estancado.
El gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se habían comprometido a firmar la paz el 23 de marzo, después de más de tres años de negociaciones en La Habana, pero debieron postergarla por falta de entendimiento en uno de los puntos finales del proceso: el cese bilateral y definitivo del fuego, que incluye el desarme de los rebeldes.