El papa presidió ayer el Vía Crucis de Viernes Santo en el Coliseo romano y recordó a los cristianos perseguidos o a los refugiados pero clamó también contra quienes generan sufrimiento, como los curas pederastas o los terroristas
Las autoridades de Roma han dispuesto importantes medidas de seguridad en la capital y particularmente en el área del Coliseo y de la basílica de San Pedro, donde se han venido celebrando los actos de la Semana Santa con la participación del papa Francisco, después de los atentados en Bruselas.
El prefecto de Roma (delegado de Gobierno), Franco Gabrielli, explicó que la “la amenaza terrorista incumbe” en la capital italiana como en el resto de ciudades europeas y por tanto junto con el jefe de Policía de Roma, Nicolò D’Angelo, explicaron que se han “implementado” las ya fuertes medidas de seguridad en los lugares considerados posibles objetivos.
El Coliseo romano, escenario del Vía Crucis al que asistió el viernes el papa Francisco, estuvo rodeado de importantes medidas de seguridad como la creación de varias zonas de máxima seguridad en la proximidad del monumento y a las que se irá accediendo solo a través de entradas controladas con detectores de metales, así como en toda la zona patrullará la policía y se emplearán unidades caninas.
Se ha reforzado también la presencia de la policía en los alrededores de San Pedro, donde ya para entrar en la plaza y en la basílica los turistas y fieles tienen que atravesar los detectores de metales.
AFP / Tiziana Fabi