Alfredo Caldera, director del CNT y la CNT, explica el funcionamiento de ambas instituciones y revela algunos proyectos para este 2016
Con la puesta en marcha del Centro Nacional de Teatro (CNT), tras la creación del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, el Gobierno Bolivariano formuló sus políticas para el sector de las artes escénicas venezolanas, en compañía del poder popular organizado y de los artistas o creadores.
Así, Alfredo Caldera, presidente del CNT, subraya cómo desde la administración del ministro Farruco Sesto (2006), se inició un lento y preciso proceso administrativo y conceptual para convertir a la Compañía Nacional de Teatro (CNT) -fundada durante el año 1984 por el presidente Jaime Lusinchi y con Isaac Chocrón en la dirección general- en el actual Centro, o sea una institución más nacional y comprometida con los procesos de cambio que vive nuestra sociedad y con una participación más activa en las diversas manifestaciones de la actividad teatral que se desarrollan en el país.
El brazo ejecutor
–¿Qué pasa con la CNT?
–Durante el 2015 realizó, en el marco del centenario de Rengifo, dos coproducciones de sus textos, con IAVE y la Fundación Ayanansha. Este año se relanza la Compañía Nacional con el estreno de Peludas en el cielo, de Gustavo Ott, dirigida por Carlos Arroyo, estreno que se hará el 7 de abril en el Teatro Baralt del Zulia. Estará en el circuito de teatros de Caracas, en distintas ciudades y en festivales. Se tiene programado otro montaje. La CNT es el brazo ejecutor del CNT.
–¿Cómo está el presupuesto del CNT y la CNT?
–Para el 2016 hay unos 70 millones de bolívares, los cuales serán distribuidos en distintas acciones y serán ejecutados dentro de los lineamientos de la Agenda Bolivariana, pero buscando que las agrupaciones beneficiadas sean más independientes de lo que el Estado les pueda dar y que busquen ser autosustentables para que hagan su teatro a sus formas y maneras.
–¿Qué pasa con el teatro en general?
–Que se está haciendo y exhibiendo a lo largo y ancho del pais. Basta pasearse por las páginas de espectáculos de los periódicos o mirar las redes sociales.
Hay dos modelos de producción: uno con alta rentabilidad y otro de menos rentabilidad. Hay sendos discursos estéticos y de representación. Todos buscan sus propios espacios de sustentabilidad. El 99 % de las producciones teatrales del país, con mayor presencia en la Gran Caracas y en algunos estados centrales y en el Zulia, se hacen con financiamientos particulares o privados y con apoyos o respaldos del Estado.
–¿Qué proyectos teatrales se gestan?
-El CNT, además de la investigación, la capacitación, la documentación, la conservación, el trabajo con las comunidades y el rescate de la memoria del teatro, está entregado a la organización de una programación diseñada en función de la diversidad y la inclusión. Se gestan y se trabajan en 11 coproducciones, orientadas a la construcción comunitaria y al apoyo de los nuevos creadores y aportes a las agrupaciones referentes. Esta línea de trabajo consiste en la participación financiera parcial de la producción teatral en lo que respecta a las obras. En lo comunitario se financia la investigación y la producción. Se atiende a 296 agrupaciones en diversos programas, como unos 165 talleres para todas las regiones con el programa de fortalecimiento de la actividad teatral; son talleres solicitados por las asambleas comunitarias y otro conjunto de talleres para formadores en el área educativa, quienes tributan al Movimiento de Teatro para Niños y Jóvenes César Rengifo y que se articula con Pdvsa.
Muchos festivales
Agregó que se realizarán no menos de 60 festivales con apoyo directo, como los eventos de Occidente, Oriente y Comunitario de Caracas, entre otros. Además, auxilian a 18 agrupaciones con infraestructura. También se entregan aportes a 50 agrupaciones referentes para un circuito nacional que utilizará las salas que existen en los estados; se calcula que realizarán unas 145 funciones para unos 30.000 espectadores.
–¿Qué teatro se hace? ¿Hay censura?
–Es un teatro que no es solo recreativo sino también reflexivo, así como también hay directores de plausible calidad estética que también buscan su rentabilidad. No hay censura. El Estado al entregar recursos a las agrupaciones fija unas líneas de acción que tienen que ver con lo que es la esencia afirmativa venezolana. Hay una apertura hacia la diversidad de temáticas e ideas y además exhiben obras en los festivales organizados por el Estado, que tienen planteamientos críticos al gobierno.
–¿Qué pasa con el circo?
–El circo se ha ido organizando con la red de arte circense. Hay una generación de jóvenes con mucho espíritu de organización y con visiones de que la economía cultural es importante para lograr la sustentabilidad. El Estado los acompaña para su formación y organización y la realización de algunos proyectos.
E.A. Moreno-Uribe