En el último mes ha subido de 1.200 a 2.000 bolívares, lo que ha provocado un hueco en el bolsillo de los venezolanos
La inflación en Venezuela definitivamente está erosionando, día a día, el bolsillo de los venezolanos. Y no es solo un fenómeno destructor de los bolsillos de muchos. No es un fenómeno más, por cuanto en los actuales momentos es incontrolable, sin política oficial que ataque el desorden, sin organismo oficial que fiscalice, sin gobierno que imponga orden.
Lo que sucede con el precio del cartón de huevo es un insulto para todos. Desde que Jorge Arreaza, entonces vicepresidente, quiso regular el precio de los huevos (y lo hizo, pero también los desapareció momentáneamente del mercado), se ha desarrollado una vorágine de aumentos que deja perplejos a todos, incluso al propio Arreaza si supiera lo que está pasando.
En menos de un mes (máximo mes y medio), el precio del cartón de huevo ha pasado de 1.200 bolívares a 2.000 bolívares. Así de simple. Si no tiene, no lo lleve.
Más concretamente, en un comercio ubicado frente al terminal de pasajeros de Guarenas, el precio ha variado inusitadamente en el último mes. El medio cartón pasó de 600 a 1.000 bolívares en menos de lo que canta un gallo; una semana a 600, la semana siguiente a 850, la otra a 1.000. ¿Quién fiscaliza y cómo lo hace? ¿Realmente hay mecanismos de control? Una semana antes, los buhoneros ubicados en El Samán, tenían el mismo medio cartón en 800.
Pero todo eso ocurre fuera del comercio normal. Al parecer, no hay forma de que el costo y la distribución del huevo, comida común y vital para el venezolano, tome un nivel de consideración y “normalidad” para con el consumidor.
Edward Sarmiento
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