El Congreso de la Patria, sin ningún atisbo sectario, está llamado a ser un gran suceso histórico para que todos los sectores que “sientan la Patria en las entrañas” converjan en el esfuerzo colectivo
En el marco de la conmemoración del catorce aniversario de los sucesos de abril de 2002, oportunidad en la cual la derecha venezolana, en connivencia con el imperialismo estadounidense, orquestaron un golpe de Estado que produjo el derrocamiento, durante 47 horas, del gobierno del comandante Chávez, el presidente Nicolás Maduro ha convocado el Congreso de la Patria, magno evento concebido para el diálogo y el análisis de las fuerzas patrióticas, hoy por hoy, actuantes en el escenario político venezolano, que ha de instalarse entre los días 13 y 14 de abril próximos.
Propósitos convergentes
El Congreso de la Patria, sin ningún atisbo sectario, está llamado a ser un gran suceso histórico para que todos los sectores que “sientan la Patria en las entrañas” converjan en el esfuerzo colectivo planteado para abordar y superar, en el plano reflexivo, la compleja coyuntura en que se encuentra el país.
En este sentido, por supuesto, no ha de ser un evento partidario, sino un acto de propósitos convergentes de todos los que nos sentimos comprometidos en la lucha por la preservación de la soberanía nacional y por la felicidad y bienestar del pueblo venezolano.
Sin dudas, la convocatoria y organización del Congreso de la Patria es un gran acierto que apunta en la dirección indicada para estimular las capacidades creativas, críticas y correctivas presentes en el colectivo nacional, especialmente, en la base social que sirve de sostén al proceso transformador que se ha venido desarrollando en nuestro país desde hace 17 años, con la revolución bolivariana liderada por el Comandante Chávez.
Desde esta perspectiva el Congreso, en su diseño y concepción, según percibimos, está orientado a realizar un ejercicio reflexivo de ese proceso transformador, que, si bien ha propiciado cambios sustanciales en los más diversos órdenes de la vida del pueblo trabajador venezolano, también ha acumulado desviaciones que ameritan una apremiante revisión que hagan posible su enmienda y superación.
Es decir, lejos de cualquier asomo laudatorio, este encuentro de los patriotas venezolanos ha de servir, no solo para balancear una gestión de gobierno que, por cierto, ha estado sometida a un implacable asedio de sus enemigos tanto internos como externos, sino a la revisión del propio proyecto político, a la luz de los cambios ocurridos en estos 17 años, de tal manera de propender a la adecuación, de la conceptualización estratégica e instrumental táctica, a las nuevas realidades que han aflorado en el país; se impone, en consecuencia, la revisión, para su profundización, del proyecto político que ha revolucionado a la sociedad venezolana en los albores del siglo XXI.
Organización
El Congreso de la Patria está siendo organizado, a largo y ancho del territorio nacional, sustentado en una amplia estructura organizativa que comprende: un Comité Promotor Nacional, instalado por el presidente Maduro el pasado 23 de enero, en acto realizado en la emblemática plaza adyacente al Panteón Nacional, por los Comités Promotores Estadales, los Comités Municipales y Parroquiales que se han venido instalando, sucesivamente, en las últimas semanas, así como por los Comités Promotores de los distintos espacios sociales y territoriales (movimientos sociales, comunas, consejos comunales, etc.) que conforman el tejido social venezolano.
Vértices del debate
Al fragor de la presente coyuntura político-económica que enfrenta el país en la que, una vez más, el imperialismo y la derecha local parasitaria pretenden derrocar al gobierno bolivariano por la vía de una guerra no convencional y de un golpe de Estado sinuoso y prolongado, que se corresponde con la necesidad imperialista de reimponer su agónico hegemonicismo, derrocando todas las manifestaciones de gobiernos progresistas y de avanzada democrática en el Continente; el Congreso de la Patria centra su atención, además de evaluar, críticamente la gestión gubernamental, en los siguientes vértices o ejes para el debate:
-Construcción de un nuevo bloque histórico.
-Surgimiento de nuevas formas de organización.
-Construcción de una nueva hegemonía cultural.
-Construcción de un nuevo modelo productivo que trascienda el desfasado y centenario modelo rentista.
-Diversificación de las formas de lucha.
-El vértice internacional, que implica la realización de un Congreso Internacional de Movimientos Sociales (demostrativo de que Venezuela no está sola en esta hora aciaga en la que pende sobre la patria la espada del Damocles imperialista).
Nuevo bloque histórico
Todos estos ejes tienen particular relevancia, aunque, a nuestro entender, el referido al bloque histórico refulge con luz esclarecedora, porque, atendiendo a la narrativa gramsciana, permitirá ahondar en la disección de la sociedad capitalista dependiente venezolana, en la construcción de un nuevo bloque histórico-social impulsor de la futura sociedad socialista, no por la vía de la conciliación de clases, como sugieren o pretenden algunos, sino por la vía de la construcción de una nueva hegemonía cultural basada en la concepción del mundo de los trabajadores y no del capital como prevalida hoy, proceso este que, en ningún caso, está exento de la ejemplificante y necesaria coerción. Así lo enseña la historia y así debe tenerlo presente la burguesía parasitaria y sus agentes ideológicos y políticos que en su afán de reconquista del poder político no escatiman recurrir a las más deleznables acciones hambreadoras y criminales; naturalmente, tales acciones no pueden quedar impunes.
No podía faltar
Finalizando el artículo no podía faltar el comentario final acerca de Capriles, que, a decir verdad, no estaba previsto en esta oportunidad, pero, cómo se hace, el flaco, siempre, con sus liviandades, se hace notar; en esta oportunidad se sometió a un tratamiento rejuvenecedor en un spa neoyorquino (como tiene que ser) y se le quemó la cara. ¡Qué vaina con el flaco, siempre le sale el tiro por la culata!
“La convocatoria y organización del Congreso de la Patria es un gran acierto que apunta en la dirección indicada para estimular las capacidades creativas, críticas y correctivas presentes en el colectivo nacional…”