Carlos Arroyo estrena pieza teatral de Gustavo Ott con los actores Aura Rivas, Francis Rueda, Vanessa Vázquez y Luis Domingo González
Los temibles vuelos de las mariposas palometas peludas han retornado. Ahora no serán en la región oriental venezolana sino, primero, en el Zulia, después en Caracas y, quizás, en otras regiones. Que no cunda el pánico ante la reaparición del peligroso lepidóptero distrisio o hylesiua metabus y sus pelos, que producen enfermedades epidemiológicas entre las que destacan: erosiones, alergias en la piel y conjuntivitis; en algunos casos estas afecciones están acompañadas por fiebre y trastornos respiratorios.
En esta ocasión, las siniestras mariposas son la preocupación de solo cuatro venezolanos, personajes de la pieza teatral Peludas en el cielo, de Gustavo Ott, la cual será estrenada los días 7 y 8 de abril en el teatro Baralt de Maracaibo con los actores Luis Domingo González, Aura Rivas, Francis Rueda y Vanessa Vázquez, dirigidos por Carlos Arroyo y con el dispositivo escenográfico del finado Rafael Sequera.
Cuenta el director Arroyo (Chabasquén, 14 de octubre de 1965, Portuguesa) que la pieza transcurre en este temible siglo XXI, en la población de Piacoa, Delta del Orinoco, al noroeste venezolano, en la humilde casa de las Pacheco (Mariana y Yesenia), donde coinciden la maestra Rita y el amigo Luis Domingo González.
Estos personajes, amantes de la libertad pero conscientes de las limitaciones que tienen por sus precarios recursos económicos, superan cualquier asomo del aburrimiento cotidiano recordando los tiempos idos, paseándose por las inconmensurables páginas de la poesía universal y la que ellos mismos pueden componer o armar. Especialmente sueñan con todo lo que podrían hacer, como viajar a París, si se ganan la lotería, para lo cual compraron un billete. Pero se les presenta un delicado problema: cómo dominar la invasión de mariposas peludas que les pueden destruir todos sus anhelos si llegan a enfermarse con la plaga que ellas transmiten y mucho más ante las naturales carencias de medicinas adecuadas para curarse.
Por supuesto que las palometas peludas son una metáfora del autor que le propone a sus espectadores venezolanos, porque las incómodas mariposas son algo más de lo que representan físicamente. Y aquí invitamos a los lectores, eventuales espectadores del susodicho montaje, que se paseen por lo que dice o propone Albert Camus en su pieza La peste.
Para Arroyo, el dramaturgo Ott (Caracas, 1963) es un digno heredero de la escuela teatral de José Ignacio Cabrujas, porque toma personajes y situaciones venezolanos y los recrea dentro de un espacio simbólico para desarrollar sus tareas escénicas, que siempre son críticas y que en esta pieza su mayor conflicto son las palometas peludas y todo lo que ellas ocasionan y el peligro que representan, tanto en lo físico como en lo simbólico. No es una pieza con intenciones ecologísticas, sino que utiliza la existencia real de las mariposas para invitar a reflexionar más allá.
Arroyo se inició como director con el montaje de El hombre de la rata, de Gilberto Pinto, hacia 1981, pero se graduó como actor en la Escuela Porfirio Rodríguez, de Petare, hacia 1985. En 1987 se instaló en Guanare y desde allá ha fundado la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa y el Teatro Estable de Portuguesa, agrupaciones con las cuales ha promovido a nuevos actores y e importantes dramaturgos criollos, además de crear y mantener desde el Festival de Teatro de Occidente. Pero lo más importante ha sido la promoción y difusión de las artes escénicas nacionales, cuyo fin último es la sensibilización y culturización del público venezolano.
Sobre su trayectoria como puestista de más de 35 años, solo se puede decir que tiene no menos de 70 montajes e incluso varios de ellos los ha llevado al exterior, como Robinson en casa de Asterión y Los viajeros.
Hay que recordar que Peludas en el cielo fue ganadora del Premio Apacuana de Dramaturgia Nacional 2015, creado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Después de su doble estreno en la capital zuliana vendrá a Caracas para exhibirse en algunas salas del Circuito de Fundarte o del Distrito Capital o en el Celarg, dependiendo de los compromisos de eso espacios oficiales.
Peludas en el cielo, que podría calificarse como un sainete venezolano contemporáneo, es una producción de la Compañía Nacional de Teatro, que comanda Alfredo Caldera.
“Las palometas peludas son una metáfora del autor que le propone a sus espectadores venezolanos, porque las incómodas mariposas son algo más de lo que representan físicamente…”
E.A. Moreno-Uribe