Las comunidades han tenido que tomar medidas ante la creciente inseguridad en las distintas zonas y ante la poca o nula acción de los distintos cuerpos de seguridad del Estado
La inseguridad reina en un país en el que la impunidad sobrepasa el 90 %, donde hay un déficit policial de más de 70 % y donde operan entre 15 y 20 mil bandas delictivas, mientras el gobierno se encarga de cazar peleas internacionales e insultar a los dirigentes de la oposición.
A pesar del plan operativo «Semana Santa Segura» desarrollado a nivel nacional por los distintos cuerpos de seguridad del Estado, y que contó con un despliegue de 168.000 funcionarios, una vez más quedó demostrado que en Venezuela manda la delincuencia y que la única guerra con la que tenemos lidiar todos los días es precisamente con el hampa que le ganó a este gobierno, donde nos estamos aproximando a los 300 mil homicidios en los últimos 17 años.
La inseguridad ha llegado a tal punto que en los últimos meses hemos visto cómo las mismas comunidades han llegado a tomar la justicia por sus propias manos, recurriendo a actos tan bárbaros como los linchamientos, producto del incremento desmedido de actos vandálicos.
Ya ni las fechas sagradas se respetan, tal como ocurrió en días pasados en Los Ruices, donde en un solo día lincharon a 4 antisociales, de los cuales dos de ellos fallecieron a consecuencia de los golpes. Igualmente fuimos testigos de un tiroteo que se formó en plena procesión de El Nazareno en Turmero, estado Aragua, así como también las dos muertes ocurridas durante la procesión en Cúa, estado Miranda.
Las comunidades han tenido que tomar medidas ante la creciente inseguridad en las distintas zonas y ante la poca o nula acción de los distintos cuerpos de seguridad del Estado. Ejemplo de ello es el cierre permanente de la avenida Yare de Macaracuay con la urbanización El Llanito. Acción que tomaron los vecinos cansados de tantos secuestros, robos y asaltos en el lugar.
Todo esto es el resultado de un gobierno que no solo ha promovido esta violencia a través de su discurso, consignas y acciones, sino que demuestra su indolencia cuando vemos que, a pesar de hechos tan repudiables como el del asesinato del policía en El Cementerio y el de su hijo, la primera autoridad de Caracas, Jorge Rodríguez, ni siquiera se inmuta ante el lamentable acontecimiento.
Nuevamente hago un llamado de atención a las autoridades que tienen competencias sobre el tema de la seguridad, a ver si ahora le prestan al menos algo de atención y toman alguna medida concreta al respecto.
La violencia no se suscribe solo a nuestro pueblo, sino que debemos sumarle las constantes agresiones políticas y ataques como el sufrido en días pasados en el estado Cojedes por simpatizantes del oficialismo en contra del diputado Ismael García.
Una de las conclusiones de estos hechos es que los venezolanos -a mi juicio- no están entendiendo, en este momento, la grave crisis y la inmensa dimensión de la violencia que estamos viviendo; así como la gran responsabilidad que tenemos, desde la alternativa democrática, de revertir la impunidad como uno de los “legados” heredados de esa dupla Chávez-Maduro y que no va a ser tarea fácil. Por lo tanto, es fundamental que empecemos unidos a trabajar desde ya. Es hora de que el gobierno se tome el tema en serio, deje de gastar ese dineral en armamentos de guerra e invierta más para combatir a la delincuencia.
Omar Ávila
@omaravila2010