A los bufones de Dios, cual novela de Morris West, solo les es permitido suscribirse al ámbito territorial de la AN, para que apuren los adefesios a los que llaman leyes
Mientras el fanfarrón que alardea con sus órganos genitales fundidos por la decadencia física y mental estaba en la Asamblea Nacional (AN) aprobando supuestas leyes contra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela vigente y contra las instituciones, de manera apresurada para cumplir la amenaza de salir del presidente Nicolás Maduro, en complicidad con los asesinos guarimberos que alcanzaron la curul para ejecutar el golpe de Estado continuado, a las puertas del Palacio de Miraflores, atendiendo el palpitar del Pueblo, el profesor Hermann Escarrá explicaba en perfecto latín criollo venezolano cómo enfrentar la aberración institucional que pretenden desde una mayoría parlamentaria de fasciogolpistas.
En dicho evento de movilización del pueblo chavista, que hoy vuelve a ser mayoría, ahora consciente en la calle, el profesor Escarrá, autorizado por el presidente Nicolás Maduro, invitó a debatir al abyecto personaje que preside la AN, el que una vez, pedido el permiso a sus amos de la U.S. Embassy en Caracas, ripostó que «no», no por miedo, sino porque como buen bufón, su teatralidad en la que simula que tiene el intelecto del que carece y la sabiduría que no posee, solo son posibles en el circo y la representación orquestada, cuyo fin o consecuencia han de ser predecibles.
Es decir, a los bufones de Dios, cual novela de Morris West, solo les es permitido suscribirse al ámbito territorial de la AN, para que apuren los adefesios a los que llaman leyes, y así los medios privados como Globovisión, Televén y Venevisión hagan su tarea de distorsionar y construir el discurso de la mentira aprendida, reforzada como teoría en la academia, mientras las universidades se encargan de prender las calles y poner muertos que permitan la arrechera social, que durante bastante más de dos años los comercios y servicios han venido macerando con sobreprecio “hiperpluscuaminflacionario”, desabastecimiento programado y escasez deliberada, con bachaqueo y trasiego fronterizo, que ha traído como consecuencia que no haya un solo comerciante o empresario quebrado, sino “hiperpluscuamillonarios”, a costa del pueblo, además de la bendición que la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) les rehará con un rocío del hisopo y la sacrosanta ayuda del Nuncio Apostólico actual, quienes nos bendecirán con el anuncio de la canonización del médico de los pobres, el doctor José Gregorio Hernández, hecho que se han comprometido en anunciar apenas derroquen al presidente Nicolás Maduro, con la farsa de «la renovación de la fe del pueblo venezolano».
No faltarán los artistas estúpidos que, una vez asesinados los más beligerantes de los chavistas y derrocado Nicolás Maduro, saldrán con alguna emotiva y pegajosa canción a cincuenta manos, agarraditos de la mano y palabras de reconciliación, haciendo su acostumbrado show al estilo del «We are The World» con el que se sepultó el genocidio estadounidense sobre falsos positivos.
El caso es que a quien no le interesa la verdad, menos aún le interesa el pueblo. Por tanto, no habrá debate alguno, porque todavía hay necios que conciben el debate de los problemas nacionales, entre los que cuentan el asesinato de inocentes para alcanzar el poder político y preservar la hegemonía económica o la guerra económica, como algo banal, además de que con la ignorancia aprendida han llegado lejos.
Ejemplo de ello fue el pasado diciembre, en el cual la derecha fascista venezolana alcanzó la mayoría parlamentaria con la guerra económica y la mentira de que las colas para votar serían las últimas porque ellos acabarían con las mismas, mentira que reeditan y repiten ahora, para salir de Nicolás Maduro.
Con estos delincuentes de la derecha ningún diálogo es posible. Lo importante ha sido el diálogo entre el pueblo y su presidente constitucional, al que le han dicho qué hacer ante el golpismo de esa derecha “fascioparlamentaria”. Mientras tanto, el profesor Escarrá seguirá recorriendo nuestros pueblos, en diálogo permanente, como hemos venido haciendo los de Chávez, desde las bases y sin burocratismo.
Luis Alexander Pino Araque
aporrea.org