El Olímpico se está quedando solo.
No. No se trata de los “rojos rojitos” que también andan dando tumbos en le opinión pública. Se trata de los problemas del Caracas, que van más allá de la alarma despertada el domingo por el 3-0 con que se extendió Estudiantes de Mérida en el primer tiempo de la cita en el Olímpico, al final sellando el triunfo 3-2 a pesar de los esfuerzos del elenco rojo.
En lo futbolístico es evidente el estancamiento del equipo. Le cuesta mucho llegar con claridad, y aunque le cedan la posesión –como ocurrió el domingo- cada partido se le convierte en sufrimiento para conseguir un gol y sumar puntos.
Todo tiene que ver, por supuesto, con la situación económica del club, otrora poderoso y ahora en un plan de austeridad que impide apostar por contrataciones capaces de reforzar un plantel ya “del montón” en un fútbol que no se caracteriza precisamente por su alto nivel.
Y donde el dinero generado en arcas oficiales está respaldando a la mayoría de los participantes, por cierto con resultados diversos.
A ello se agrega un problema adicional, más allá del pésimo terreno donde se juega: la incursión de la TV, en busca de espacios para ofrecer más partidos, ha enviado compromisos del Caracas a las 7:30 de la noche del domingo.
Horario complicado para quienes viven lejos del estadio en una ciudad cada vez más insegura y con otro obstáculo de mucha influencia: el estacionamiento de la UCV no abre, así que quienes se arriesguen deben dejar sus vehículos en la calle.
Es natural, entonces, que un equipo cuyos éxitos llevaron a crear, progresivamente, una afición de las más numerosas, se está quedando solo. Júzguese por el promedio de asistencias, que llegó a exhibir en diez mil 10 mil y ahora apenas congrega unos 3 mil. O menos, como el domingo, cuando ni siquiera llegó a esa cifra.
Necesitarán algo más que evocar los tantos títulos ganados para que la gente regrese.
-Armando Naranjo-