La Sala Supraconstitucional guillotinó la Constitución Nacional, dejándonos sin instancia donde impugnar sus decisiones
En estos tiempos, en Venezuela casi todo lo que se respira es desorden y anarquía. Los poderes públicos son merecedores del lauro a la desidia. El poder ejecutivo es uno de los principales factores de distorsión y desorden. Ah pero eso sí, es muy eficiente obstaculizando las buenas iniciativas que otro pretenda ejecutar. Es tiempo entonces que le digamos el refrán: “mucho ayuda quien no estorba”.
La Sala Supraconstitucional guillotinó la Constitución Nacional, dejándonos sin instancia donde impugnar sus decisiones. Con todas estas triquiñuelas, pretenden convertir a la AN en una oficina de quejas y reclamos, solo porque dejó de ser el Ministerio de Asuntos Legislativos.
El Consejo Nacional Electoral, ente que fue concebido para realizar elecciones, pareciera que hoy su principal función es obstruirlas. Por cierto, es vital rechazar las opiniones de quienes han expresado que el ente electoral no puede realizar varias elecciones en simultáneo. Puntualizo, el Consejo Supremo Electoral, organismo más atrasado tecnológicamente, realizó infinidad de elecciones generales sin ningún trauma. Por lo tanto, si el CNE no es capaz de hacerlo, debemos crear otra institución electoral o refundar la que tenemos.
El Ministerio Público pareciera ser el Ministerio del Poder Popular para los asuntos públicos del gobierno. La Defensoría del Pueblo se asemeja más a una Procuraduría que a un garante de los derechos del pueblo. La Contraloría General de la República es un elefante blanco, siempre presta a cumplir las órdenes del Ejecutivo. La mención honorífica se la lleva el exdirector del Cicpc, improvisando canciones lisonjeras en medio de una “a cuerpo cobarde”.
En el país nuestro de cada día, uno no termina de metabolizar una barbaridad del oficialismo, cuando ya se le viene otra, digo esto porque me he quedado estupefacto viendo el programa televisivo del expresidente de la AN. Allí se dan cita, como espectadores presenciales, un grupo de militares activos y uniformados, con lo cual pisotean los preceptos constitucionales que consagran el apartidismo de la FAN.
El papel del ministro es otra cosa, porque él desempeña un cargo político, pero el de los funcionarios subalternos metidos a activistas políticos, ¡que me lo expliquen!
Este gobierno es la peor desgracia que le haya podido ocurrir a Venezuela en toda su historia republicana y esta es solo una muestra representativa de las felonías cometidas por ellos contra el pueblo, por eso es apremiante que todos los venezolanos unamos esfuerzos para cesantearlo por cualquier mecanismo constitucional y democrático.
Noel Álvarez
@alvareznv