Escenas de angustia y llanto de familiares de trabajadores reportados como desaparecidos se repetían este jueves en las cercanías de la petroquímica de Pajaritos, en el este de México, sacudida el miércoles por una poderosa explosión que deja un saldo preliminar de 13 muertos.
Unas 300 personas se agolparon a lo largo de la mañana en el cordón de seguridad establecido por un centenar de militares en torno de Petroquímica Mexicana de Vinilio, copropiedad de la estatal Petróles Mexicanos (Pemex) y de la privada Mexichem, que opera la planta localizada en Coatzacoalcos, Veracruz (este).
«Queremos que nos los entreguen, que no lo hagan perdedizo, si no nos dejan pasar nos vamos a pasar por la mala», dijo a la AFP entre indignada y resignada a la fatalidad Guadalupe Torres, que busca a su hermano Fernando, de 21 años y que cumplía su última semana de un trabajo temporal.
AFP