No es fácil derrotar el gran enemigo interno, como lo es el modelo rentista petrolero que permeó nuestra mentalidad
La crisis inducida por factores exógenos, la cual autocríticamente no las prevenimos durante estos diecisiete años de proceso bolivariano, sin duda se ha agudizado en los últimos cuatro meses.
La oposición radical venezolana, en alianza estratégica con los poderosos interés transnacionales, pretende buscar una “salida rápida” del presidente Maduro.
Repito una vez más que el proceso bolivariano tiene cuatros poderes fundamentales de sostenibilidad de nuestra democracia participativa: poder judicial, ciudadano, electoral y ejecutivo, sumándole a ello veinte gobernaciones y más de doscientos ochenta alcaldías.
Estos factores de poder real y concreto del proceso bolivariano, aún con todas sus limitaciones, muestran una ventaja favorable para salir de la crisis. Sabemos que no es fácil derrotar el gran enemigo interno, que es el modelo rentista petrolero que permeó nuestra mentalidad y que sobre el cual veníamos haciendo críticas sustanciales y puntuales desde que se inició este proceso y no fuimos escuchados en el momento preciso al igual que muchos activistas críticos constructivos del país.
Tres cositas nada más
Cuando hablamos de autocritica sobre el tema de la seguridad alimentaria, en el 2013 organizamos un foro en Barlovento donde participaron todos los entes agrícolas y les hacía la observación que no estábamos produciendo ni siquiera para nuestro consumo local, pese a los planes que había impulsado Chávez.
Algunos de ellos me dijeron que teníamos garantizado importación para tres meses, y les dije que eso no era lo correcto, pero siempre digo que lo más triste de los gerentes, funcionarios públicos, alcaldes, ministros etc, es que ignoren su propia ignorancia. Chávez fue muy estratégico al lanzar la Ley de Tierras en la Plaza Caracas en noviembre del 2001.
La Ley de Tierras, en su Artículo 305, reza que “El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral, a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población; entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a estos por parte del público consumidor.
La seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna”. Transcurrieron casi quince años de esa ley, y hoy la realidad es vergonzante, porque no tenemos abastecimiento total, se impuso la agricultura de puertos, se distribuyeron créditos sin control y a los grandes monopolistas de la burguesía agroindustrial se le dieron dólares preferenciales que reutilizaron para sus propios beneficios. La conspiración continúaa contra nuestro proceso bolivariano.
La dependencia alimentaria se afianzó y el 90 por ciento de lo que hoy se come en este momento es importado, lo cual ha generado una hipertrofia tanto en la cadena de importación como de distribución de alimentos que urge corregir de inmediato para poder bajar las colas.
Repartir bolsas de comidas es un pañito de agua caliente que no resolverá el problema estructural. Igual con la producción y distribución de medicinas, factor que está afectando a muchos venezolanos.
Recuerdo que hace menos de un año se hizo un convenio con Brasil, luego con la India y por último con Cuba para solventar la crisis de la escasez, pero al parecer está pasando algo en la distribución, aunque lo más crítico es que al parecer no estamos produciendo ni una aspirina. Otra cosita es el tema de la inseguridad, la cual ha desbordado la cotidianidad ciudadana.
Causas del alto indice de criminalidad
Las causas del alto índice de inseguridad en el país puede tener tres causas esenciales. La primera que el expresidente paramilitar colombiano Uribe Vélez, exportó con claras intenciones desestabilizadoras a paramilitares ubicados no solo en la frontera, sino en centros urbanos de nuestro país.
Ese modelo fue copiado al carbón por una generación de jóvenes y adultos que vieron en ese modelo una forma de vida de enriquecimiento ilícito: secuestros exprés, asesinato por encargos, la creación de carteles en el tráfico de drogas, controles territoriales, pranes que mandan desde las cárceles más que un gobernador o alcalde, lo cual antes no se veía en nuestros país.
La segundo es el impacto de los llamados medios de comunicación con su transmisión de antivalores y sus horas de violencia permanente.
Tercero, la falta de modelaje de nuestros dirigentes que usan de forma indebida el dinero de todos los venezolanos y encandilan derroche, exhibicionismo con sus toques de distinción lleno de vanidades y rodeados de guarda espaldas hasta cuando van al baño, se tiran un peo, o cuando se les muere un familiar, cumpleaños y otras distinciones chocantes que ya irritan al pueblo.
Si resolvemos estas tres cositas que afectan nuestra cotidianidad, con los poderes que aún goza el proceso bolivariano, pudiéramos retomar las líneas estratégicas de una Venezuela justa, que del lado opositor no avizoran en su desespero para desestabilizar.
Escuchen Tres cositas nada más, con los Guaracheros de Oriente en esta dirección: https://www.youtube.com/watch?v=XNEaXHnBUcM
Preocupan los “secuestros exprés, asesinatos por encargos, la creación de carteles en el tráfico de drogas, controles territoriales, y pranes que mandan desde las cárceles más que un gobernador o alcalde, lo cual antes no se veía en nuestros país…”