La crisis política, económica e institucional, cabalga sobre los hombros de los trabajadores, quienes precisamente hoy 1º de mayo celebran su día, con un hueco en los bolsillos, porque la inflación se tragó su salario
Cualquiera de nuestras abuelas que viviera la actual situación que atraviesa el país, no titubearía en decir: “Ahora sí llegamos al llegadero”. O quizás más popularmente: “Ahora sí se montó la gata en el tejado”. Estamos en tres y dos; o entre la espada y la pared. Cualquiera de estas expresiones populares es buena para describir el país que tenemos y a dónde nos ha llevado esta crisis.
Si uno preguntara al común cuándo se jodió Venezuela, tres hechos muy puntuales saltan a la mente: ¿cuando llegó Chávez al poder?, ¿cuando murió Chávez?, ¿cuando Nicolás Maduro asumió la presidencia de la Republica? Estos tres escenarios, o acontecimientos históricos recientes sin duda que son tendencia y marcan un antes y un después en la Venezuela que vivimos y en la que hoy tratamos de sobrevivir.
Muy común es escuchar al venezolano de todas las clases sociales decir: “éramos felices y no lo sabíamos”; los más desmemoriados se les olvida, que hemos venido paulatinamente pasando de lo sublime a lo ridículo. Salimos de: “ta’ barato dame dos” y llegamos al viernes negro, para anclarnos en lo que hoy es “Ciudad Gótica”, una suerte de realismo mágico y aventuras animadas de ayer y hoy, donde pululan los malvados corruptos, los villanos de la MUD, los guasones por cuya negligencia hemos llegado a este inmenso precipicio, donde ya los políticos de la nueva Asamblea Nacional tienen como discurso “ayuda humanitaria ya”.
Mientras, la crisis política, económica e institucional, cabalga sobre los hombros de los trabajadores, que precisamente hoy 1º de mayo celebran su día, con un hueco en los bolsillos, porque la inflación se los traga; ya el malo de la partida no es el patrón, como anteriormente se hacía creer para que la revolución se arraigara en el soberano, ahora es el gobierno y su improvisación, sus malos políticos y políticas, los verdugos de la clase obrera.
El país está tan jodido, pero tan jodido, que ni Batman aparece en esta Venezuela caricatura de Ciudad Gótica para poner orden. Todo parece una parodia del Chapulín Colorado, o la vencidad de El Chavo.
La capacidad de asombro se perdió. Robin ya no sale por la Libertador en la noche por temor a que lo maten y doña Florinda, tan decepcionada por los aquelarres familiares, solo calla y espera. Un amigo mío con experiencia tiene la tesis que lo que se le ocurre a las mujeres, no se le ocurre a nadie. Sabrá él que quiere decir con esto. Vive la intriga y no indagues.
Pero este país se jodió cuando comenzaron los cuentos de magnicidio y no hay un solo detenido por tan grave denuncia. Ni tampoco se sabe dónde están los que querían asesinar al líder de Voluntad Popular Leopoldo López, ni los que se cogieron los 25 mil millones de dólares con empresas de maletín que denunció el monje Jorge Giordani y pare de contar.
Venezuela se jodió cuando la canalla mediática asegura que la guerra económica es propiciada por el imperio y ejecutada por la Polar y Lorenzo Mendoza. Nos jodimos cuando han pasado más de 18 ministros de salud y ahora no hay medicamentos y no hay un solo responsable, mientras la población se muere a la espera de las medicinas que se necesitan.
El país se jodió cuando apareció un carajito al que llaman “El Niño”, una especie de apodo para un boxeador de peso mosca y no precisamente de un revolucionario de arraigadas convicciones bolivarianas. Después de invertir miles de millones de dólares, el gobierno chavista anuncia un mega racionamiento eléctrico en todo el país, aunque ya, sin ser oficializado, varios estados padecían los llamados “apagones” por horas y horas.
Nos jodimos justamente en octubre del 2010, cuando el impulsor de la denominada “revolución bolivariana” dijo que iban a “blindar a Venezuela eléctricamente” para que sequías, inundaciones ni cambio climático afectaran el “nuevo” sistema eléctrico.
Ahora, la historia es otra, el gobierno dirigido por su sucesor achaca la problemática al fenómeno de “El Niño”, haciendo caso omiso a los recursos aprobados para adquirir plantas eléctricas y hacer labores de mantenimiento. Pero este carajito no solo es el culpable, se trajo a la hermana, “La niña”, para que de paso a Caracas no le quitaran la luz, a menos que “el consumo no sea eficiente”…
Nos jodimos, cuando en un punto de cuenta que entregó Jesse Chacón, entonces ministro de Energía Eléctrica, al presidente Nicolás Maduro, el 8 de septiembre de 2014, informaba que en 2010 varias instituciones del Estado adquirieron plantas de generación termoeléctrica, pero hasta la fecha no se había concretado su operatividad “total”; también dicho informe señala que para 2014 estaban aún disponibles 17 turbinas que serían instaladas en plantas del país. ¿ Y que pasó, por qué no las instalaron? Hasta enero del presente año se instalaron 5 de las 17 turbinas.
Todo el país se jodió cuando creímos como pendejos en el informe de los “100 días” de Jesse Chacón su declaración que no olvidan los venezolanos, en la que se comprometía a renunciar a su recién nombrado cargo de ministro de Energía si en 100 días no se cumplía el plan para lograr que la generación eléctrica superara la demanda.
Bien, se jodieron ustedes, amigos lectores, porque se acaba de ir la luz y no puedo terminar la columna, será hasta el próximo miércoles. Una psiquiatra me enseñó que el remedio a todos nuestros males, es muy sencillo.
Y aunque un refrán dice que la venganza es un plato que se come frío, pareciera que la única cola con gusto que están haciendo los venezolanos, es la del firmazo para el revocatorio. Falta saber si todos están claros en por qué y para qué están firmando…
“Todo el país se jodió cuando creímos como pendejos en el informe de los ‘100 días’ de Jesse Chacón, en la cual se comprometía a renunciar a su cargo si en 100 días no se cumplía el plan para lograr que la generación eléctrica superara la demanda…”