La experiencia demuestra que el sector privado es más eficiente que el sector público para generar riqueza y producir bienes y servicios
La semana pasada hablamos de la crisis económica. Comenzamos a decir cómo resolverla. Hoy pretendo concluir dando mi opinión sobre el tema.
La experiencia demuestra, en Venezuela y en el mundo entero, que el sector privado es más eficiente que el sector público para generar riqueza y producir bienes y servicios. También está demostrado que una intervención inteligente del Estado puede lograr una distribución más equitativa de la riqueza sin sacrificar el crecimiento.
Nuestra propuesta, la propuesta del Centro Internacional de Políticas Publicas (Ifedec), junto con la Fundación Alberto Adriani y la Casa de Arturo Uslar es que debe motivarse y estimularse al sector privado para que invierta y promover al Estado para que cumpla su doble papel: crear condiciones favorables para la inversión privada y fomentar una equitativa distribución de los frutos del progreso.
En el modelo actual, la palabra clave es control. En la propuesta que presentamos la palabra clave es confianza.
Y para recuperar la confianza proponemos un programa coherente de recuperación económica afincado en la disciplina fiscal, monetaria y cambiaria, capaz de controlar la inflación. El éxito de esta política pasa por asegurar la autonomía, la independencia y la eficiencia del Banco Central de la República.
Por supuesto, hay que asegurar la plena vigencia del estado de derecho en general y del derecho a la propiedad en particular.
Hay que desmontar los controles artificiales de la economía que inhiben las inversiones y son fuente de corrupción. Esto incluye la eliminación del control de precios y la progresiva eliminación del control de cambios. La progresividad dependerá de la confianza que vaya generando una economía en recuperación que se va haciendo atractiva a las inversiones.
La legislación laboral también debe revisarse en función de lograr más y mejores empleos. Mejorar el ingreso real de los trabajadores y promover inversiones que generen ese empleo moderno, productivo, bien remunerado y estable.
La clase trabajadora venezolana comprende que sin inversiones no hay empleo. Comprende también que con un modelo que privilegia las importaciones en lugar de la producción nacional, estamos generando empleo en el exterior y para los extranjeros.
Lo que necesitamos es aumentar la calidad y la cantidad del empleo en Venezuela y para los venezolanos.
Hace sesenta años, Venezuela, desde el punto de vista económico, estaba mejor que Alemania y mejor que el Japón. Esos países estaban saliendo de la destrucción total de la guerra mundial. Hoy, Venezuela está muy mal desde el punto de vista económico. Podemos salir de la crisis.
Aquí dejamos algunas ideas y algunas propuestas.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández