Cientos de fieles y creyentes recorrerán más de tres kilómetros con el madero sagrado para llegar hasta lo más alto del cerro
«Adelante peregrino, adelante sin desmayar, que la cruz que hoy conducimos es la que nos va a salvar». Con este cántico, residentes de la parroquia Tacarigua del Municipio Brión en el estado Miranda, celebraran este 3 de mayo, 83 años de la peregrinación al Cerro “El Banqueo”. Una de las tradiciones más hermosas, sinónimo de hermandad y unión entre las comunidades de la parroquia Tacarigua de Barlovento.
Esta tradición que fue declarada como Patrimonio Cultural religioso del estado Miranda, es gracias a la Red de Patrimonio Cultural del Estado, al Concejo Legislativo de Miranda y al Centro de la Diversidad Cultural.
Históricamente se inicia por el padre Sobrado, que pidió por la liberación de tres jóvenes del pueblo que fueron apresados de forma injusta, y sugirió a la gente enardecida buscar el cerro más alto para celebrar la santa eucaristía para pedir al altísimo por el bienestar de los mismos. De esta forma, el pueblo unido dio inicio a la peregrinación al Cerro El Banqueo con el madero bendito “La Cruz de Mayo”
La peregrinación comienza en el templo la Sagrada Familia con el repique de campanas a las 5 de la mañana. El recorrido emula básicamente el Vía Crucis con quince estaciones, en cada una de ellas queda una Cruz que es decorada por los mismos habitantes; ofreciendo así cánticos y alabanzas para la protección de las familias.
A las 7 de la mañana llegan al Cerro donde se oficia la misa en la Capilla, y al finalizar empiezan las tonadas, cantos de fulías, décimas y parrandas en honor al madero santísimo.
La bajada se da a las 4 de la tarde, y posteriormente se ofrece la misa vespertina.
Tradicionalmente, la subida al Cerro Banqueo se considera una de las manifestaciones religiosas más importantes para los Tacarigueños, se resume en valores significativos de amor, unión, paz y hermandad entre los lugareños y visitantes, quienes desde tempranas horas recorren más de 3 kilómetros con el madero hasta llegar al cerro más alto.
Dulces típicos, bebidas, cantos y fulías; son una de las tantas muestras que dan la bienvenida a esta tradición única a nivel mundial.
Durante la jornada, se evidencia la gran cantidad de peregrinos que cada año mantienen viva las tradiciones de la región, y que hace que cada generación mantenga viva las raíces religiosas que en tiempos pasados fueron establecidas.
Hoy queda demostrado el apego de toda la parroquia de Tacarigua de Brión hacia el rescate de las manifestaciones que lo identifican como un pueblo de fe, cultura y tradición.
Víctor García Marrero
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