Capriles Radonski, al margen de lo atrasado de su programa de gobierno, significa un cambio. Le basta con ser la alternativa en el ruedo. Para Chávez, representar un cambio en relación a sí mismo no es una tarea sencilla
De acuerdo con la encuesta de julio del IVAD, a la pregunta de por cuál candidato votaría el 7 de octubre, Hugo Chávez obtiene 52.3% y Henrique Capriles Radonski 32.0%. La categoría “no sabe o no responde” se ubica en 15.8%. Al preguntársele a los entrevistados la razón principal por la que votarían a favor de Chávez, destacan las siguientes respuestas: “Me ha beneficiado mucho”, 35.7%; “Su buena gestión/cumple las promesas”, 33.2%; “Me simpatiza el Psuv”, 11.3%; “Me gusta/buena imagen”, 8%; “Sus buenas ideas”, 5.7%; “Tiene experiencia”, “Estoy obligado a hacerlo”, 1.4%. En cuanto a las razones por las que no votarían por Hugo Chávez, las respuestas son: “Por un cambio”, 46.6%; “No me gusta/mala imagen”, 15.4%; “No estoy de acuerdo con sus relaciones internacionales”, 0.5%; “Su mala gestión de Gobierno”, 21.7%; “Su mal equipo de gobierno”, 0.3%; “Por su enfermedad”, 1.6%; “No combate la inseguridad”, 3.4%; “Ha sembrado mucho odio”, 2.9%.
En relación a Henrique Capriles, la razón principal por la que votarían a favor son: %; “Por un cambio/democracia”, 64.4%; “Es joven/buenas perspectivas”, 15.4 “Su buena gestión de gobierno”, 7.6%; “Me gusta/imagen”, 7.1%; “El gobierno no la hecho bien”, 0.8%; “Es el hombre indicado”, 1%; “Para que mejore el país”, 2.4%. En cuanto a las razones por las que no votarían por Henrique Capriles Radonski, las respuestas son: “Apenas lo conozco”, 12%; “No me gusta/mala imagen”, 35.2%; “Su mala gestión de gobierno”, 16.6%; “Sería un atraso para el país”, 11.5%; “No tiene experiencia”, 10%; “No tiene posibilidades”, 2.2%; “No cumple las promesas”, 2.2%; Es golpista”, 0.5%.
Como puede verse, el elemento central que favorece a Chávez tiene que ver con los efectos positivos para la gente de su modelo político y social, mientras que punto débil, que a su vez es el punto de apoyo de la candidatura de Capriles, esta relacionado con la fatiga de 13 años de gestión y con las expectativas de cambio. “Los pueblos se cansan hasta de los buenos gobiernos”. Por lo tanto, es en ese nicho de expectativas de cambio donde se librará, en las próximas semanas, la disputa por el corazón de una franja decisiva de los electores.
Capriles Radonski, al margen de lo atrasado de su programa de gobierno, significa un cambio. Le basta con ser la alternativa en el ruedo. Para Chávez, representar un cambio en relación a sí mismo no es una tarea sencilla, pues debe enfrentar sus propias deficiencias de gestión y la fatiga que generan los reiterados casos de abuso o de negligencia de la burocracia. Claro, Chávez pudiera proponer un cambio en relación a su propia gestión. Pero tendría que asumirlo con claridad, no dejar en el olvido “las tres R” y construir una oferta novedosa, de continuidad y cambio.
Por su parte, Capriles necesita, para remontar, aproximarse al modelo de Chávez y convencer a los electores de que representa un cambio en los ámbitos concretos de la gestión pública. En cuanto al Psuv, si pretende conquistar los votos de los descontentos y de la clase media tendría que atender esa expectativa de cambio. No basta con repetir las bondades del modelo. Quizás Chávez gane, lo anuncian las encuestas. Pero, en este caso, muchos votarán con un sabor amargo, el que produce el bocado de la continuidad sin cambios.
Leopoldo Puchi