Un tribunal de Tokio determinó el lunes que las obras con forma de vagina creadas por una artista japonesa son arte mientras estén exhibidas, pero la halló culpable de obscenidad por distribuir datos digitales que pueden usarse para recrear de forma tridimensional y más realista sus genitales.
El Tribunal de Distrito de Tokio condenó a Megumi Igarashi, conocida también como Rokudenashiko («chica buena para nada», en japonés), a pagar una multa de 400.000 yenes (3.700 dólares) por la distribución ilegal de datos con una imagen escaneada de su vagina para que pueda imprimirse en 3D, explicaron sus abogados.
La corte dijo que los tres ornamentos con forma de vagina exhibidos, decorados y pintados de colores brillantes no parecen piel a primera vista y tampoco sugieren de inmediato los genitales femeninos, por lo tanto no fueron considerados obscenos, informó el abogado de la artista.