Las filas en la capital mirandina estuvieron marcadas por la búsqueda incesante de detergente, leche y café. Ninguno de los tres apareció en los anaqueles tequeños.
Luis Blanco, consumidor, señaló que la cola fluía con lentitud. Tenía más de dos horas aguardando para ingresar al Central Madeirense de La Hoyada a comprar dos unidades de detergente líquido.
En un establecimiento de la avenida La Hoyada también se formó cola por jabón en polvo, champú y desodorante, aunque avanzó rápidamente. La fila se alargó por al menos una cuadra hasta la calle Ribas.
Enrique Gallardo, comprador, estimó que en más de un año de escasez completa las medidas para combatirla no han sido efectivas. “Esto solo puede empeorar si se insiste en mantener esas políticas”, insistió.
En el comercio Todofertas de la carretera Panamericana la cola subía por la pasarela del sector Corralito. Vendían pañales, papel higiénico, jabón y champú.
En varios de estos establecimientos efectivos de seguridad tuvieron que custodiar la venta. En Súper Líder y FrescoMarket del municipio Carrizal se instalaron dos piquetes de la Guardia Nacional. “Cada vez que están libres los buhoneros las colas se triplican”, dijo Irina Vivas, cliente.
“Están sacando bastantes productos regulados pero las filas no bajan. Esta semana logré comprar pañales, pero me hacen falta otros productos y tengo que seguir haciendo filas los fines de semana. Termino comprando a cuentagotas y de un sitio a otro”, dijo Raiza Mendoza, de Brisas de Oriente.
Con harina de maíz, aceite comestible y papel higiénico salió Mireya Paz de Todofertas. Ella estuvo por espacio de cuatro horas en la cola.
Sin embargo, los compradores coinciden en que los “regulados“ no duran en los anaqueles tequeños, pues se sigue observando en las colas a los bachaqueros. “Uno hace la fila porque son productos para el consumo familiar, pero esta gente se aparece en combos de 10 y 15 personas juntas en un mismo carro”, contó otro comprador.
PGO