El Lupus Eritematoso Sistémico, es una entidad clínica ocasionada por la activación crónica y recurrente del sistema inmune con producción de anticuerpos que ocasionan inflamación y daño tisular.
Es causada principalmente por factores genéticos con predisposición a este padecimiento y que se encuentran relacionados con la función del sistema inmune, disfunción del complemento y mutaciones que combinados con factores externos como rayos solares, producen los complejos inmunes desencadenantes del proceso inflamatorio.
Esta patología afecta y ataca el tejido sano de órganos como la piel, los riñones, las articulaciones y el cerebro, y se observa con mayor frecuencia en mujeres entre los 10 y 50 años afrodescendientes y asiáticas.
El Dr. Miguel Espinoza, reumatólogo adscrito a Sanitas Venezuela comenta que los síntomas presentados dependerán del órgano afectado, pero algunos de estos pueden ser lesiones cutáneas clasificadas en agudo, sub-agudo y crónico.
El Lupus Erimatoso Agudo se caracteriza por presentar una erupción en las mejillas y nariz. El Sub-Agudo es más frecuente en mujeres y se puede observar mayormente en las zonas del escote y extremidades y por último el Lupus Erimatoso Crónico, es el más frecuente y se observa a través de la aparición de placas eritematosas en la cara y frente.
El experto indica que al no controlarse esta enfermedad, pueden producirse complicaciones llegando a comprometer la salud del paciente hasta incluso causar la muerte.
Algunas de estas son Insuficiencia renal crónica, cicatrices en el cuero cabelludo y/o piel infección cerebral localizada que puede producir un absceso (cerebritis), inflamación de la médula espinal, daño a nervios periféricos, lesiones del Sistema Nervioso Central, inflamación de la pleura, inflamación del pericardio, anemia hemolítica, entre otros.
Si la persona presenta alguno de los síntomas antes mencionados, es importante que acuda al médico para su evaluación y elaboración de estudios que incluyan examen de orina, entre otros.
El Lupus es una enfermedad que no se puede curar pero los síntomas pueden ser controlados por los especialistas. El tratamiento más común es a través de la administración de Corticosteroides (hormonas derivadas del grupo de esteroides) y medicamentos inmunosupresores que frenan o inhiben el sistema inmunitario.
Además, es vital que las personas utilicen el protector solar, reduzcan su exposición al sol y se realicen exámenes con frecuencia para controlar y evitar el compromiso de los órganos.