Cuatro historias con la figura de la madre como eje central sirven de punto de partida para cuestionar las ideas establecidas en la sociedad en torno a la maternidad y a la vida misma.
El montaje podrá disfrutarse hasta el 24 de julio en la Sala Experimental los viernes, sábados y domingos a las 7:00 PM
Un día de la madre, entre papeles de regalos y flores, cuatro vidas se encuentran. Movidos por los sentimientos que afloran en tan especial fecha, cada uno de estos seres comienza a contar su historia, y con la maternidad como punto de partida afloran recuerdos, tristezas, alegrías y deseos no alcanzados, aderezados por un entorno signado por la violencia.
Este es el eje central de “Cruz de mayo”, texto de la escritora venezolana Lupe Gehrenbeck que llega a la Sala Experimental de Centro Cultural BOD, bajo la producción de la nobel compañía Teatro de la Comarca.
Nattalie Cortez, Antonio Delli, Luis Vicente González, Emily Caraballo y Abraham Castillo son los encargados de dar vida a los entrañables personajes de esta historia, primera producción de Teatro de La Comarca, la nueva compañía teatral presidida por Lupe Gehrenbeck y la actriz Nattalie Cortez, la cual cuenta, además, con la dirección artística del versátil Oswaldo Maccio, quien también dirige la pieza. Les acompaña en la producción artística María Alejandra Rengifo.
Zuleima (Cortez), sumida en la depresión y con el suicidio en la mira habla de la maternidad y el amor; Gilberto (Delli), víctima en silencio del abandono de su madre, nunca se atrevió a hacerse de hijos propios; Esperanza (Caraballo), creció sin padre y sin voz; e Ismael (Luis Vicente González) y Perrote (Abraham Castillo) quienes vivían sin ley, para ellos las madres son unas santas. Sus existencias en tan particular día coinciden y se encuentran al borde de la muerte.
Pero, la vida compartida en el mismo barrio de siempre y el pasado lleno de recuerdos, les muestra que el afecto puede superar cualquier sospecha.
En palabras de su escritora, Lupe Gehrenbeck, “Cruz de Mayo es una obra acerca del matriarcado que estructura las familias venezolanas, habla de la paternidad y la maternidad irresponsables, de las dificultades de envejecer sin hijos en una sociedad machista, de la solidaridad entre la gente del barrio que se ejerce como familia. Una obra sobre el afecto que nos une a la hora de las chiquitas”.
Si bien lleva el nombre de la tradicional festividad, ésta no está presente. La dramaturga se sirve del nombre porque mayo es el mes de las madres que gobiernan al país desde las casas sin padre, cargando la cruz de los hijos.
“Cruz de mayo” se estará presentando hasta el 24 de julio en la Sala Experimental del Centro Cultural BOD, con funciones los viernes, sábados y domingos a las 7:0 pm.