Ha tenido un buen inicio de temporada a la ofensiva, pero su defensa no ha estado a la altura
CINCINNATI – La producción de Eugenio Suárez con el madero ha sido un punto luminoso en medio del trecho difícil que atraviesan los Rojos de Cincinnati. Y el venezolano, quien se encuentra en su primera temporada como tercera base, quiere que su defensa esté a la par de su rendimiento ofensivo.
«Tengo que mejorar a diario», expresó Suárez.
Suárez hizo dicho comentario luego de un ejercicio defensivo en el terreno de juego con el coach Alfredo Benavides y su compañero de equipo, el boricua Iván de Jesús Jr. El instructor de bateo Don Long le bateaba rodado tras rodado a Suárez a la vez que Benavides le daba instrucciones al joven.
Suárez, quien antes de esta temporada había jugado como torpedero durante toda su carrera profesional, se hizo cargo de la tercera base este año ante la partida de Todd Frazier, a quien los Rojos canjearon a los Medias Blancas.
El miércoles por la noche, en una derrota de Cincinnati por 8-7 ante los Indios en 12 innings, Suárez cometió dos errores defensivos. El oriundo de Puerto Ordaz llegó al viernes con nueve pifias en lo que va de la campaña – más que cualquier otro antesalista de Grandes Ligas.
«Creo que está lejos de ser un producto completo, simplemente porque es un campocorto que está jugando en la tercera base», dijo el manager de los Rojos, Bryan Price, acerca de Suárez. «Creo que en los entrenamientos vimos muy buenas señales con respecto a su habilidad para hacer la transición. Es otra cosa cuando juegas a diario con más de por medio que en un juego de pretemporada».
«Tengo que trabajar duro en mi defensa. Tengo que ayudar a mi equipo», agregó Suárez. «Tengo que mantener una rutina de [fildear] rodados y trabajar mucho con [Benavides]. ‘Él me ayuda mucho. Me ayuda a sentirme más cómodo en la tercera base».
Una de las muchas diferencias entre el campo corto y la tercera base es que la bola llega mucho más rápido a la esquina caliente. Un antesalista debe conocer bien a todos los bateadores y saber quién es capaz de dar un toque de bola. Y también están los ajustes defensivos que están de moda en Grandes Ligas.
«He trabajado en ponerme en la mejor posición y en sentirme a gusto en la tercera base», dijo Suárez. «No estar ni demasiado recto ni demasiado agachado y cuadrarme lo más posible. También está la colocación de los pies y el tener más agilidad hacia la raya y del lado del guante, a todas partes».
Suárez no ha permitido que sus problemas con el guante afecten su rendimiento con el bate, ya que llegó a la acción del viernes como el líder de la novena de Cincinnati con nueve cuadrangulares.
Los Rojos están permitiendo que Suárez aprenda mientras trabaja y Price confía en que habrá una mejoría.
«Lo bueno de la situación en la que nos encontramos es que [Suárez] tiene la libertad de aprender la posición sin sentir que sus fallas al principio puedan afectar nuestras posibilidades de llegar o no a la Serie Mundial», dijo Price. «Está libre para aprender mediante la experiencia. Va a cometer errores como lo haría cualquiera que estuviese emprendiendo dicha transición».
Boscan quiere lucir
Wilfredo Boscán logró, finalmente, lo que le fue esquivo el año pasado. El lanzador se entrenó en las Grandes Ligas con los Piratas de Pittsburgh el jueves, luego que el año pasado recibiera hasta tres promociones al equipo grande y en cada una de ellas fuera devuelto a ligas menores sin que le lanzara siquiera a un bateador. Esta vez tiró los últimos dos innings del triunfo de los bucaneros, 8-2, contra los Bravos de Atlanta, en el PNC Park. En su labor apenas encajó un hit, mientras ponchaba a dos rivales. “Estaba muy contento la primera vez que me subieron el año pasado, igual que en las otras dos. Pero Dios sabe por qué no me dieron la oportunidad. Fue algo que me motivó a seguir trabajando más fuerte. Dejé buenos números el año pasado y esta temporada comencé bien. Así que ayer mismo me dieron el chance y me siento demasiado orgulloso de estar aquí y poder jugar. Es lo que uno quiere, por lo que trabajas. Me siento súper contento”, dijo el marabino, de 26 años de edad, al otro lado del teléfono. Boscán, que fue asignado a Ligas Menores poco antes del final del spring training, tomó el lugar en el bullpen filibustero del inefectivo zurdo Cory Luebke, que se había ganado un lugar en el equipo como invitado fuera de roster durante los entrenamientos. El zuliano exhibía marca de 3-4 y 2.48 de efectividad, con 31 ponches y cuatro boletos, en 40 innings repartidos en siete inicios con el Indianápolis (AAA).
Por Mark Sheldon / MLB.com